El inicio de cada año invita siempre a tratar de entender que nos espera en materia económica a nivel país y consecuentemente en la región. Indudablemente el año anterior cerró con un indicador que más allá de ser una mala noticia se convirtió en un verdadero dolor de cabeza, no solo a nivel nacional sino internacional, se trata de la inflación, cerró el 2022 muy por encima de las expectativas del mercado logrando un nivel del 13.12 % e inicia el año con importantes presiones inflacionarias que seguro se mantendrán en el primer trimestre del 2023.
La inflación es una variable económica muy importante, su control será sin duda el principal reto económico del actual gobierno y para lograrlo es fundamental el rol que tendrá el Banco de la República en materia de tasas de interés como instrumento de control de la dinámica inflacionaria para corregir los desbalances macroeconómicos. Cabe anotar que desde hace varias décadas no se presentaba un nivel de inflación de esta magnitud en Colombia y la parte crítica es que el sector que más incrementó sus precios, ejerciendo la mayor presión inflacionaria, fue el de alimentos y bebidas no alcohólicas con un 27.81 %, de ahí la urgencia de actuar ya que es una variable que afecta especialmente a los hogares más vulnerables del país.
Este panorama general, enmarcado por la inflación, nos invita a reflexionar acerca de tres temas que se derivan del mismo y nos afectan a todos por igual. El primero es el crecimiento económico, al cual distintas fuentes de análisis le pronostican una fluctuación entre el 0.5% y el 2.2%. Sin embargo, nuestra modesta opinión nos señala que lo más probable es que este crecimiento se sitúe en 1%” lo que implica una tasa insuficiente y terminar afectando la generación de empleo y la capacidad empresarial para consolidar nuevos proyectos de inversión productiva; limitará seguramente el crecimiento futuro de la economía, es un panorama difícil e invita a redoblar esfuerzos, el gobierno avanzó a través del incremento del salario mínimo en espera de apoyar la demanda pero se debe ir más allá, por ejemplo, otorgando incentivos y generando condiciones mucho más favorables al aparato productivo para generar empresa y lograr que se queden en Colombia.
Un segundo tema nos invita a pensar en las exportaciones, seguramente se reducirán pues la inflación afecta directamente la competitividad de nuestros productos haciéndolos más costosos. Elevar las tasas de interés conlleva a que los costos de capital de trabajo sean mayores y esto impacta significativamente la estructura de costos de cualquier empresa, subir tasas reciente la economía y la inflación, que es un fenómeno coyuntural y mundial, hará que la economía mundial no crezca a los ritmos acostumbrados; el Banco Mundial contempla incluso que se presenten recesiones en las principales economías del mundo, Colombia, país pequeño dentro del contexto mundial, depende como muchos otros de la dinámica comercial internacional para vender sus productos, si hay demanda en el mercado internacional vendemos más pero si disminuye la demanda nuestras ventas al exterior disminuyen. De esta manera, y teniendo en cuenta que el sector exportador tuvo un excelente comportamiento en postpandemia, logró superar los US$60.000 millones, mantiene el temor que para el 2023, bajo un control de la inflación, la demanda internacional afectará nuestras ventas y por ende nuestras exportaciones, en cifras que aún no podemos predecir.
Un tercer tema es el sector turismo que impacta directamente al Huila. La inflación genera preocupación ya que desincentiva el consumo de bienes de ocio como lo es el turismo, el último reporte del Índice de Precios al Consumidor, IPC, del DANE, mostró un incremento anual en los precios del transporte de pasajeros y equipaje en avión del 28 %; y en el de los paquetes turísticos del 14 %, al cierre de 2022. Recordemos que ddurante la pandemia, ANATO logró que los servicios turísticos estuvieran exentos del IVA, pero a partir de enero de 2023 tienen nuevamente un incremento adicional del 19 %, que encarecerá aún más su costo, esto sumado al aumento del IVA en los tiquetes aéreos que también tendrán un incremento del 14 %, adicional al de 2022, una medida que no lograron incluir en la reforma tributaria para que se mantuvieran en un 5%, esto representa un panorama poco favorable para el sector turístico. Esperamos que esta situación no desincentive del todo los viajes nacionales e internacionales y se den las condiciones para apoyar al turismo como un importante sector de la economía nacional y para el Huila un sector en crecimiento. No obstante, las proyecciones del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, para 2023 indican que podría esperarse la llegada de entre 4,9 y 5,1 millones de visitantes no residentes, lo que supondría un crecimiento de entre el 6 % y 10 %, sobre el cierre de 2022 estimado del gremio, correspondiente a unos 4,6 millones. Adicionalmente, calculan que entre 5,1 y 5,4 millones de colombianos saldrían del país este 2023.
Nos queda para un análisis especial el tema agrícola, fundamental para nuestro departamento, pero inicialmente pensamos que se deben subsidiar las tasas de interés para este importante sector al igual que buscar la forma de masificar el aseguramiento de las cosechas, sino miremos lo que está pasando en Rosas Cauca; e indiscutiblemente la inversión en infraestructura como vías acompañadas de una reforma laboral al campo donde la informalidad ronda el 86%.
Tiene entonces el gobierno un reto importante en materia económica del cual dependerá la dinámica económica del 2023, a nosotros como colombianos y como huilenses nos corresponde también colocar nuestro grano de arena por eso le recomendamos a nuestros lectores tener en cuenta que hoy no es el mejor momento para endeudarse, adquirir créditos a las tasas actuales sea de consumo, comercial o hipotecario es demasiado costoso, lo mejor es a la hora de comprar comparar precios, aprovechar las ofertas y ahorar en lo posible.