La pérdida de poblaciones de pingüinos «a veces no es por una sola causa, sino por la combinación» de ellas, ha explicado el presidente de Global Penguin Society, Pablo Borboroglu en una entrevista.
DIARIO DEL HUILA, MEDIO AMBIENTE
Las poblaciones de pingüinos se ven cada vez más reducidas por el impacto del cambio climático, la sobrepesca, la contaminación y los depredadores, entre otros factores, y diez de sus dieciocho especies están catalogadas «en peligro» en la Lista Roja de Especies de la UICN, preocupando especialmente el pingüino de Galápagos, el africano y el de los ojos amarillos.
La pérdida de poblaciones de pingüinos «a veces no es por una sola causa, sino por la combinación» de ellas, ha explicado el presidente de Global Penguin Society, Pablo Borboroglu en una entrevista, con motivo del Día de la Concienciación de los Pingüinos, que se celebró este 20 de enero, que se une a la celebración del Día Mundial de los Pingüinos el 25 de abril.
Borboroglu, que trabaja con varios proyectos de protección del hábitat y programas de educación en la Patagonia, en el sur de Chile, en Nueva Zelanda y en Estados Unidos, ha subrayado la pérdida de poblaciones en los últimos cien años, y los que «generan una mayor preocupación» son el pingüino africano, el de Galápagos y el de los ojos amarillos.
Declive de especies
En concreto, en este periodo, el africano (Spheniscus demersus) ha sufrido una «caída estrepitosa», pasando de un millón de parejas a 10.000 a causa de pesquerías comerciales, especialmente en Sudáfrica, según el investigador.
El de Galápagos (Spheniscus mendiculus), por otro lado, aunque «nunca ha tenido población muy abundante», se ve perjudicado, por fenómenos climáticos, en su reproducción y alimentación; mientras, el de los ojos amarillos (Megadyptes antipodes), con tan solo 1.500 parejas, está amenazado por especies introducidas en su hábitat en Nueva Zelanda.
Por su parte, el investigador del departamento de ecología evolutiva del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), Andrés Barbosa, quien lleva investigando la especie en los últimos 20 años en la Antártida, ha alertado de la disminución de la población de pingüinos en esta área geográfica, como el barbijo (Pygoscelis antarcticus), con un 60 % menos de población, o el de Adelia (Pygoscelis adeliae) con un 68 % de disminución.
Estas «señales de alarma» de declive de la población se agravan por «una mayor competencia por el alimento o desplazamientos más largos para obtenerlo» debido a las olas de calor por el cambio climático.
Impacto del cambio climático
«El pingüino refleja muy bien los cambios ambientales», ha destacado Borboroglu en este contexto, sin embargo, el calentamiento global «afecta más a unas especies que a otras».
A los antárticos les cambia el «patrón de formación o rendimiento del hielo», influyendo en su hábitat y su reproducción; al resto -14 de las 18 especies-, que viven en climas templados, les perjudica no solo la temperatura que puede ser mortal, sino la falta de disponibilidad de estos alimentos.
Protección del pingüino
Estas aves marinas no voladoras asociadas a corrientes oceánicas frías, residen zonas del hemisferio sur como Argentina, Chile, Sudáfrica, Namibia, Australia, Nueva Zelanda y la Antártida y aportan «información sobre el estado de salud de ese ecosistema» asegurando así, «nuestra salud futura» y la de otras especies, añade Barbosa.
Por ello, entidades como Global Penguin Society, el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza), entre otras, llevan a cabo labores, investigaciones y proyectos de conservación y concienciación sobre estas especies, vigilando sus ecosistemas, analizando sus amenazas y proponiendo soluciones.