María Clara Ospina
El exministro y brillante economista Mauricio Cárdenas comenta en El Tiempo (I/21/23), cuánto optimismo existe con las conclusiones del reciente Foro Económico de Davos, donde quedó demostrado, para tranquilidad de las economías globales, que la peligrosa recesión económica mundial esperada se había logrado atajar.
Esto debido, entre otras cosas, a que las economías más fuertes parecen haber conseguido frenar el ímpetu de la inflación y moderar el manejo a los nuevos brotes del Covid19. Hoy, el mundo respira más tranquilo, algo reflejado en la mejora de los mercados bursátiles en los últimos días.
Colombia podría montarse en el tren de la recuperación global sí Gustavo Petro y su equipo de gobierno manejan sus discursos y proyectos con un lenguaje inteligente, sensato y coordinado, lejano al populismo y divisionismo que hasta ahora, en sus primeros meses en el poder, los ha caracterizado.
Estos no son tiempos para tanta chabacanería e improvisación como hemos visto del gobierno. Presidente, ministros y ministras, vayan a las juntas de gobierno y póngase de acuerdo en lo que van a decir y hacer; no actúen como cabras locas compitiendo a ver quién dice más bestialidades.
Comencemos por el mismo Petro a quien no pocas veces lo desmienten públicamente, unos y otros, como sucedió con sus anunciados planteamientos de paz con el ELN, los cuales fueron desmentidos inmediatamente por el grupo terrorista.
Ni hablar de la permanente descoordinación y desatino de la ministra de Minas. Mientras el presidente dice una cosa, ella sale con declaraciones completamente opuestas, descabelladas y peligrosísimas para la estabilidad económica de Colombia. Así sucedió en Davos cuando la ministra declaró: “el Gobierno Nacional no firmará más contratos de explotación de carbón y petróleo”, mientras el presidente aseguraba que eso se haría paulatinamente. ¡Es como de locos! Esto, en el foro económico más importante del mundo.
Presidente y ministra deberían consultar al exministro de Minas, Diego Mesa quien afirma que: “el sector energético aporta 40% de exportaciones, 30% de inversión extranjera directa, 15% de ingresos fiscales, 25% de presupuestos de inversión de municipios y departamentos”, y que Colomba solo emite una mínima fracción, el 0,54%, del total de emisiones de CO2 global.
El expresidente Duque ha repuntado a las declaraciones del gobierno en Davos: “Que Colombia deje de explorar petróleo y gas significa una especie de suicidio económico y social”.
Encima de esto, Petro propone, en Davos, convertir a Colombia en una potencia turística para reemplazar la economía minera. Pero no cuenta cuantas décadas se demorará en lograrse esto. ¿Acaso no sabe que a pesar de la belleza natural de Colombia, su excepcional biodiversidad y gran potencial turístico, el país no goza de la infraestructura para desarrollar el “gran turismo”, como son, entre otras muchas cosas, excelentes vías de comunicación, hotelería a todos los niveles y seguridad mínima? Petro hecha mucha “paja”, y “cañando” no se construye un país.
Ni hablar de las tormentas que se avecinan con propuestas descabelladas, como la eliminación de las EPS que hoy cubren, eficientemente, a 98% de la población y la manipulación de los fondos de pensiones
Como dice Mauricio Cárdenas: “ Para aprovechar los mejores vientos que soplan en la economía mundial, es indispensable no crear vendavales internos por causa de malas decisiones, o, lo que es peor de anuncios desarticulados o innecesarios”.