Hoy quiero traer a esta columna una palabra y concepto importante para la salud mental, la vulnerabilidad. La vulnerabilidad es definida como el riesgo que una persona, sistema u objeto puede sufrir frente a peligros inminentes, como desastres naturales, desigualdades económicas, políticas, sociales o culturales.
La palabra vulnerabilidad deriva del latín vulnerabilis. Está compuesto por vulnus, que significa ‘herida’, y el sufijo –abilis, que indica posibilidad; vulnerabilidad indica una mayor probabilidad de ser herido.
Hace un par de años después de estar sometido a una carga enorme de trabajo y estudio donde tuve que migrar a otra ciudad con viajes continuos, me sentí vulnerable, nunca antes había querido aceptarlo, quizás por las presiones sociales que indican que se debe ser exitoso, no sentir miedo, nunca fracasar ni retroceder en las decisiones porque eso es signo de debilidad y eso no es lo que debe mostrar un “hombre” y menos si quiere ser importante. Ese quiebre emocional fue liberador, sentir la vulnerabilidad me permitió buscar ayuda, apoyarme en los demás, reconocer que las cargas no se pueden llevar todas, que la presión social no es la que define lo que tenemos que ser como personas y profesionales, que no está mal dejarse caer y esperar las manos que vengan a tender puentes de solidaridad, calma, comprensión y amor.
Desnudar nuestros sentimientos y emociones para alivianar el alma y poder continuar en el camino, reconocer lo fundamental de la resiliencia, esa capacidad de transformar las heridas y el dolor en fortaleza y experiencia para afrontarlas nuevamente.
Una vulnerabilidad que nos lleva al proceso del auto-perdón, auto-conocimiento y consciencia del presente.
No está mal la debilidad, lo que está mal es camuflarla con máscaras de egocentrismo, odio y a veces violencia para no reconocer que también necesitamos ayuda y que no somos héroes por tener más responsabilidades y cargas encima; hasta los héroes de los comics tienen alguna debilidad.
Hoy llevo esa palabra tatuada en uno de mis brazos para no olvidar que también necesito de la mano de mi familia y amigos para cada día.