En un limpio operativo, miembros del Gaula del Ejército de la Novena Brigada, lograron la captura de tres personas, (padre, hijo, y sobrino) quienes, utilizando prendas de uso privativo de la Fuerza Pública, y timando como presuntos comandantes de la Nueva Marquetalia tenían azotados a cuatro municipios logrando en menos de cinco meses recaudar más de 150 millones de pesos.
El año anterior, el Gaula Ejército de la novena Brigada logró negarles a actores delictivos la posibilidad de recibir cerca de $2.105.547.791. No es un secreto que la extorsión en el sector rural es el principal flagelo con el que deben lidiar las autoridades. La zona se adapta para que sujetos al margen de la ley, empleando fachadas e incluso diciendo pertenecer a grupos armados, traten de incursionar y tener el control del territorio principalmente de las zonas más apartadas del casco urbano.
En el último informe entregado por las fuentes oficiales, manifestaron que, además del dinero que dejó de engrosar el andamiaje financiero de los delincuentes, fueron incautados $1.150.000.000, a la par se logró la liberación de nueve ciudadanos y el rescate de dos personas que habían sido privadas de la libertad con fines extorsivos.
La familia extorsionista
Durante cuatro meses, cuatro sujetos estuvieron intimidando a los habitantes de cinco veredas, una apartada zona del corregimiento de Vegalarga, jurisdicción de Neiva hasta donde llegaron estos hombres portando armas cortas, haciendo uso de prendas privativas de la Fuerza Pública y, además, intimidando a los habitantes con la fachada de ser comandantes de la Segunda Marquetalia.
Así las cosas, y de acuerdo con detalles exclusivos conocidos por Diario del Huila, los sujetos llegaron a la zona inicialmente contactando a los presidentes de junta y líderes del sector, posterior a eso hicieron contacto con comerciantes y empresarios de la región a quienes comenzaron a realizarles exigencias económicas.
La situación fue puesta en conocimiento inmediatamente de la autoridad competente y llegó a oídos del gobiernos municipal y departamental, que emitió la alerta temprana que puso en jaque la labor de las autoridades y desde luego mediante un operativo se logró frenar a estos actores criminales que amenazaban con expandir su radio de acción.
La estructura era conformada por cuatro personas, tres de ellos familiares, (padre, hijo y sobrino), el cuerpo integrante era allegado a ellos, y de acuerdo con información recolectada sería conocido de la zona; entre tanto los tres familiares eran procedentes del Tolima exactamente del municipio de Purificación.
Modus operandi
A diferencia de otros extorsionistas, estos sujetos llegaban puerta a puerta en cada una de las viviendas de la vereda y allí personalmente realizaban las exigencias económicas; ejercían la fuerza, intimidaciones e incluso les advertían a las víctimas que de no cancelar lo que se les solicitaba, los despojaban de sus tierras o en el peor de los casos les quitaban la vida.
Las exigencias económicas iban desde los 10 millones hasta los 50 millones por persona, es decir que, en menos de cinco meses, estos hombres lograron recaudar más de 150 millones de pesos, en aproximadamente 10 víctimas.
Las veredas que además resultaron afectadas fueron La Espiga, San Antonio, Alpes, Las Pabas, Palacios, El Rublar y Canoas. Allí fue donde inicialmente estos hombres empezaron su acción delictiva, para luego expandirse por municipios como Algeciras, Hobo y Gigante.
En uno de los casos conocidos por miembros del Gaula Ejército, un labriego de la zona fue intimidados, estos hombres llegaron hasta la casa y le exigieron el pago de 10 millones de pesos y a cambio lo dejaban tranquilo (…) el hombre se negó y días después mientras estaba ausente, los extorsionistas mataron dos de sus gallinas para ejercer presión y le enviaron una foto a su teléfono celular: “para que se dé cuenta que nosotros no somos de mentiras, o nos paga o le matamos todo el ganado”, decía textualmente el mensaje.
Así las cosas, la víctima no tuvo más remedio con el fin de salvaguardar su vida, sus propiedades y a su familia, cancelar casi 35 millones de pesos; días después colocó en conocimiento de las autoridades y fue allí cuando se empezó el diseño de la estrategia de intervención por parte de las unidades militares, que finalmente arrojó un importante resultado.
Hobo
Un comerciante del municipio de Hobo también fue víctima, los sujetos al sentirse rodeados de las autoridades, escaparon unos días de la zona y se adentraron en el municipio de Hobo, hasta llegar a una vivienda donde le exigieron a un comerciante el pago de 10 millones de pesos.
Ya en conocimiento del Gaula Ejército la situación, para ese entonces (diciembre de 2022) el comandante de la unidad era el mayor Ricardo Calderón Cárdenas, quien se encargó de diseñar todo un operativo, con sus mejores hombres y sin agotar capacidades, con el fin de proporcionar un certero golpe a la extorsión.
Los habitantes de Cinco Veredas ya estaban en alerta, e incluso el mismo asesor de paz de la Gobernación del Huila, Diego Tello dejó en evidencia lo que en esta apartada zona de Neiva estaba sucediendo, tanto así que la comunidad se reunió con las autoridades competentes para tomar cartas en el asunto.
Falsos alias
La capacidad delictiva de estos sujetos no tenía limites, el mayor de los extorsionistas en cada municipio de tenía un alias diferente, mecanismo utilizado para infundir temor y respeto y así lograr sus pretensiones.
En el municipio de Hobo se identificada como alias ‘Marco’, cuando se trasladaban para Cinco Veredas, en Vegalarga era alias ‘Julio’ y en Algeciras alias ‘Pablo’. En este último municipio se finiquitó el operativo que permitió la captura de tres de ellos, uno más se fugó, pero aún es buscado por la autoridad.
Cronológicamente y en menos de cuatro meses estos sujetos lograron recaudar en Hobo 10 millones de pesos, en Cinco Veredas 50 millones y en otras veredas aledañas otros 50 millones.
El operativo
El día del operativo, miembros del Gaula Ejército llegaron hasta la vereda Santuario ubicada en el municipio de Algeciras con límites con Gigante donde se presumía iban a llegar los sujetos a recoger un dinero producto de una extorsión.
Afortundamente para ese momento la víctima supuestamente accedió a las exigencias económicas de los delincuentes, no sin antes colocar en conocimiento del Gaula lo sucedido, para de este modo los investigadores entregarle a la víctima instrucciones claves que fueron la estrategia que permitió la captura de los bandidos.
El grupo de militares llegaron hasta la zona, apartada, inestable y de difícil acceso, allí organizaron todo un dispositivo para que una vez llegaran los hombres efectuar las capturas y efectivamente así fue.
El encuentro estaba pactado entre extorsionistas y víctima, a las 9 de la mañana en la vivienda del campesino, faltando dos horas para la llegada, los hombres de inteligencia militar se ubicaron en posición, última ron detalles y así las cosas esperaron la hora clase.
Siendo las 9 de la mañana del 14 de diciembre, dos de los cuatro hombres llegaron a una vivienda contigua y piden la presencia de la víctima a quien llaman por intermedio de un familiar, con las instrucciones previamente recibidas, el campesino se rehúsa a ir y a cambio les dice que el encuentro debe ser en la casa, donde les entregaría los 25 millones de los 50 exigidos.
Minutos más tarde los hombres entran, increpan a la víctima y le solicitan el dinero, del cual el señor hace entrega (…) los hombres del Ejército se encontraban escondidos observando todo el procedimiento y antes de que los delincuentes escaparan procedieron a capturarlos; en medio del operativo, dos de los cuatro sujetos se encontraban en el exterior de la vivienda y emprendieron la huida por una zona montañosa y de difícil acceso, hasta donde incursionaron los hombres del Gaula y tras una ardua persecución lograron a uno de ellos, mientras el otro escapó.
Identificados
Los capturados fueron identificados como José Edimir Portela Portela (papá), Johan Stiven Portela Triana (hijo), y José Aldemar Montaña Duran, (sobrino), uno de ellos con anotaciones judiciales por violencia intrafamiliar. Una vez presentados ante la autoridad competente, los señalados fueron presentados ante un juez quien decidió cobijarlos con detención en centro carcelario.
Con este golpe que proporcionó Gaula Militar, los residentes de la zona rural de Vegalarga lograron sentir un alivio, pues estos hombres eran los encargados de los cobros extorsivos, de las intimidaciones e incluso amenazas de muerte.