Al atleta le habrían sacado 12 millones de dólares de la cuenta bancaria que tenía en la sociedad de inversiones Stocks and Securities Limited (SSL). El interrogante en Jamaica es “¿Dónde está el dinero?”
Por: Hernán Galindo M
Foto: Vanitatis
la pregunta que está en boca de todos los jamaicanos que ha sido víctimas del fraude financiero que sucedió en la isla caribeña hace algunos días. El más celebre de los afectados fue el velocista Usain Bolt, ganador de ocho medallas de oro en los Juegos Olímpicos.
Durante las dos últimas semanas, las autoridades locales han estado investigando una sociedad de inversiones con sede en Kingston, Stocks and Securities Limited (SSL), donde el ex atleta poseía una cuenta de la que habrían desaparecido unos 12 millones de dólares.
El caso acapara las conversaciones en la isla caribeña al punto que el artista de dancehall Gage lo convirtió rápidamente en una canción titulada “SSL”, cuyo estribillo formula repetidamente la gran pregunta.
Fiel a la tradición de una escena musical vibrante y de lenguaje directo, las letras de Gage ponen de relieve la lucha de clases, la injusticia social y la división entre los acaudalados e influyentes residentes de los barrios de lujo de Kingston con los jóvenes que tratan de salir adelante en las zonas más pobres de la capital.
La canción también compara los esfuerzos del gobierno por frenar los timos telefónicos y las loterías fraudulentas; en comparación con la manera en la que se ha investigado las denuncias por los casos de fraudes de SSL.
El ministro de Hacienda, Nigel Clarke, pareció reconocer ese sentimiento al pedir duras sanciones a los estafadores. “Se debe eliminar la brecha entre las penas por delitos de guante blanco y otras formas de delincuencia. Si robas a los depositantes o defraudas a los inversores y pones en peligro nuestro sistema financiero y nuestro modo de vida, la sociedad jamaicana quiere que te encierren durante mucho, mucho tiempo”, declaró a la AFP.
Ningún sospechoso acusado
Usain Bolt, de 36 años, se encuentra entre una cuarentena de personas cuyas cuentas pueden haberse visto impactadas por el fraude, incluidos ancianos que podrían haber perdido los ahorros de toda su vida.
Clarke avanzó que solicitará ayuda para las investigaciones al FBI y a otras agencias extranjeras después de relevar a miembros del consejo de la Comisión de Servicios Financieros (FSC).
Este organismo se hizo cargo temporalmente de la gestión de SSL y nombró a un auditor especial. La policía jamaicana allanó el domicilio de un antiguo empleado de la compañía e incautó documentos, pero no se han presentado cargos contra ningún sospechoso.
En medio de las turbulencias, la comunidad financiera espera que la confianza en las instituciones bancarias y de inversión del país no se vea minada.
Dennis Chung, empresario y secretario general de la Federación Jamaicana de Fútbol, confía en que el país pueda resistir este shock.
“Lo que vimos inicialmente fue una reacción emocional, y es comprensible dado que se trata del dinero de la gente y de que sacudió la confianza en los sistemas financieros. Pero el gobierno actuó con rapidez para garantizar que se restablezca la confianza reguladora”, afirmó.
Chung cree que “no habrá ramificaciones a largo plazo” por lo que considera un caso aislado. “La gente seguirá invirtiendo en acciones, bonos y valores y confiando en el sistema financiero”, auguró.
De su lado, Abka Fitz-Henley, una personalidad mediática jamaicana, apunta que no hay dudas de que la simpatía hacia la situación de Bolt es generalizada en el país.
“La mayoría de la población está indignada por este acto criminal, que ha supuesto una injusticia para un hombre que se percibe como extremadamente simpático y es el jamaicano vivo más popular del mundo. Hay muchas esperanzas de que pueda recuperar su dinero”, señaló.
Bolt, de su lado, ha hablado poco sobre los detalles del caso, pero recalcó que este asunto no le llevará a abandonar su país. “Pase lo que pase, Jamaica es mi país y eso nunca cambiará”, subrayó. “Siempre amaré a mi país y siempre haré todo lo que esté en mi mano para que crezca”.