Por: Carlos Yepes A.
Desde hace unos años para acá la venta de motos viene creciendo de forma exponencial en el país. De acuerdo a cifras oficiales en Colombia se vende hoy en promedio una moto cada minuto. Esto representa un problema social de movilidad que cada día crece con varias aristas en diferentes ciudades del país sin ser Neiva la excepción.
Las normas de tránsito las han convertido en letra muerta los motociclistas, no respetan semáforos ni mucho menos horarios. La proliferación de talleres y venta de repuestos para las motocicletas violan más de una norma urbana en la ciudad en especial la de andenes. Los malabares en moto se han tomado las calles en el día y en la noche y todo esto supera la posibilidad de control por parte de las autoridades policiales y de movilidad en todo el país.
Los semáforos en Neiva, aparte de que no funcionan, son pasados por alto por la mayoría de motociclistas en la ciudad. Produce indignación el estar esperando el cambio a verde en un semáforo en el vehículo y ver como desfilan por lado y lado motos con dos o tres personas incluyendo niños pasando en rojo el semáforo, no les importa cuán importante es la intersección donde se está violando la norma, es decir usted puede encontrar esta situación en el centro o la periferia de la ciudad sin que exista autoridad o mecanismo para sancionar de manera ejemplar a estos ciudadanos.
De igual forma los horarios de circulación no se respetan, se ven motos con placa y sin placa, con casco y sin casco, con dos o tres personas durante la noche y la madrugada. Se ven parqueadas frente a expendios de licor en la calle y sobre los andenes, les llenan sus tanques de gasolina durante toda la noche en las estaciones de gasolina y todo esto pasa con el consentimiento de todas las autoridades.
La movilidad se ve afectada por sobre todo en la carrera cuarta en la zona de talleres y almacenes de repuestos. Se tomaron literalmente el espacio público violando todas las normas existentes sin que las autoridades municipales actúen de alguna manera, podrían tal vez pensar en reubicar por ejemplo estas actividades en una zona adecuada para tal fin.
Y por último llama la atención como jóvenes que seguramente desde niños los someten a transitar colgados de los brazos de sus madres en moto, son los que hoy, ya familiarizados con altos niveles de adrenalina, andan haciendo toda clase “piruetas” por la ciudad y en las noches se toman avenidas como la Inés García de Durán para efectuar piques y carreras despertando esa adrenalina que llevan desde niños.
Estamos ante un desorden social evidente, una cosa en utilizar las motos como medio legítimo de transporte y otra es poner a las motos como un elemento perturbador de la tranquilidad que merecen los ciudadanos del común. Ante esta situación la administración municipal no puede pasar inadvertida y debe tomar cartas en el asunto. De los demás municipios mejor ni hablemos, el caos a cargo de las motos es total, por eso insisto en que en este tema también necesitamos los neivanos de “un acuerdo para vivir mejor”. cyepes@hotmail,com
