Muy similar a como una persona puede llevar su número de línea celular a un operador diferente con el que la adquirió, los ciudadanos podrán solicitar el traslado de los productos financieros que tengan en una entidad vigilada por la Superintendencia Financiera de Colombia a otra, junto con la información general y transaccional asociada a los mismos. La llamada portabilidad financiera, estará soportada, de acuerdo como lo establece el Plan de Desarrollo (artículo 75), por la intención manifiesta del usuario a la nueva entidad de portar uno o más productos financieros, y esta deberá dar inicio al estudio de portabilidad a fin de pronunciarse sobre dicha solicitud.
David Ballesteros, country manager para Colombia de Belvo, plataforma de open finance presente en Brasil, México y Colombia, señaló que, las entidades incluso podrán ofrecerle a personas que no son sus clientes la posibilidad de darles créditos y otros productos con condiciones más favorables. En este sentido, dice el ejecutivo, con la portabilidad financiera se podrán obtener ahorros en tarifas, comisiones, procesos y menores tasas de interés en los productos de crédito.
Así consideró que aparte de avanzar en materia de inclusión y educación financiera, habrá progreso en temas como la competitividad y la innovación. El Plan Nacional de Desarrollo también establece en su artículo 71, con relación a los datos abiertos, (open data) que con el propósito de promover la competencia y la innovación para la inclusión financiera y crediticia, “las entidades estatales que conforman las ramas del poder público y todas las personas jurídicas de naturaleza privada, deberán dar acceso y suministrar toda aquella información que pueda ser empleada para facilitar el acceso a productos y servicios financieros, sin perjuicio de las excepciones a su acceso y las garantías de reserva de la información”.
También aseguró que el Gobierno Nacional reglamentará normas para garantizar el adecuado funcionamiento del esquema, los destinatarios y las condiciones de acceso a la información, los estándares de seguridad, operativos, tecnológicos y los demás aspectos necesarios para cumplir el propósito de facilitar el acceso a productos y servicios financieros.
Para David Ballesteros, aparte del sistema financiero, las fintech también podrían verse beneficiadas del modelo y contribuir a que la mayor cantidad de personas, sin importar su estrato socioeconómico, alcancen una bancarización formal. Advirtió que la reglamentación de estos procesos debe estar acompañada por unas masivas campañas de concientización y educación financiera que les muestren a las personas los beneficios, así como los factores de seguridad e integridad para evitar que la información sea utilizada para otros fines.
Finalmente, el open banking es el concepto que implica que las personas pueden compartir su información financiera con las entidades reguladas o no reguladas. La iniciativa es la que primero se pone en marcha y que está relacionada con los dos siguientes términos. El open finance es cuando la persona ya no solo comparte su información financiera sino también con otro tipo de industrias como por ejemplo la telefonía celular, seguros médicos, etc para tener una mejor información de los clientes.