Petro señaló que se quiere reformar las Leyes 50 y 100, a las que llamó las leyes del neoliberalismo. El propósito de esto es “que el día termine a las 6 de la tarde, no a las 10 de la noche” y que se busca que “exista un sábado y domingo que se consideren días de descanso”.
DIARIO DEL HUILA, REFORMAS
Aunque la reforma que está sobre los ojos del huracán es la reforma a la salud, por haber sido la primera radicada en el Congreso de la República durante lo corrido de este año, esta hace parte de un paquete de reformas que el Gobierno nacional prepara para presentar al Legislativo.
Así las cosas, una de las que ya se ha oído hablar y de la cual se han dado ciertas pinceladas frente a lo que busca, lo que será y lo que se quiere mejorar en el país es la reforma laboral.
Lo primero que hay que mencionar es que, pese a que aun no se conoce el texto con el articulado, expertos están de acuerdo con que el actual código laboral debe ser transformado teniendo en cuenta las dinámicas y las necesidades actuales del país. El ministerio del Trabajo también ha aplaudido algunas iniciativas que ha tenido el Gobierno Petro camino al cambio de esta reforma.
Según se conoce, la reforma estaría siendo realizada por padres del derecho laboral y teniendo en cuenta realidades del mercado y criterios internacionales de progresividad de derechos y garantías, que piden a gritos cambios.
Se ve con buenos ojos, mientras tanto, que es uno de los gobierno que ha podido escuchar y entenderse con los gremios para así llegar a acuerdos importantes, el primero se dio con el reajuste salarial, el cual fue uno de los más altos de la historia, pero además de eso, hubo acuerdo entre las partes, lo que traduce que el terreno puede estar siendo bien abonado para lo que viene.
“La propuesta de la reforma presentada por el gobierno consta de 18 temas entre los que se destacan los principios laborales y constitucionales, estabilidad laboral y modalidades de contratos, tercerización, subcontratación y unidad de empresa, control de uso de contrato de prestación de servicios, contrato de aprendizaje, dominicales y festivos, jornada nocturna, automatización, descarbonización, trabajo en plataformas digitales, trabajo rural, informal, sexual y migrante, equidad y reducción de brechas, asociación sindical, negociación colectiva y huelga”, explicó la Ministra con funciones delegatarias, Gloria Inés Ramírez.
“Que el día se acabe a las 6 de la tarde”
El martes, desde el balcón de la Casa de Nariño, el presidente Gustavo Petro dio algunas puntadas sobre lo que se busca con la reforma laboral que estará basada en reformar las Leyes 50 y 100.
La ley 50 de 1990 es por medio de la cual se introducen reformas al Código Sustantivo del Trabajo y se dictan otras disposiciones.
Uno de los aspectos que buscaría hacer cumplir el presidente Gustavo Petro con esta reforma es el artículo 25 del 172 donde dice textualmente “norma general. Salvo la excepción consagrada en el literal c) del artículo 20 de esta ley el empleador está obligado a dar descanso dominical remunerado a todos sus trabajadores. Este descanso tiene una duración mínima de veinticuatro (24) horas”.
Se busca que “exista un sábado y domingo que se consideren días de descanso”, tal como lo dijo el jefe de Estado. Ahora, también se tiene en cuenta que hay empresas que requieren un trabajo continuo, para esto, Petro pide el pago legal de horas extras así como dominicales y festivos, lo cual no es ajeno a lo que ya se tiene pues en el artículo 173 habla de la remuneración y deja claro que “el empleador debe remunerar el descanso dominical con el salario ordinario de un día, a los trabajadores que habiéndose obligado a prestar sus servicios en todos los días laborables de la semana, no falten al trabajo, o que, si faltan, lo hayan hecho por justa causa o por culpa o disposición del empleador.
Lo mismo sucede con las horas extras entendiendo que en Colombia el total de horas es de 48 horas el propósito de esto es “que el día termine a las 6 de la tarde, no a las 10 de la noche”, dijo Petro en su última locución.
Lo anterior significaría que, de aprobarse dicha reforma, los trabajadores serían compensados con el pago de extras en el salario si trabajan los fines de semana o los festivos, o si laboran en jornada nocturna, concebida desde las 6:00 de la tarde hasta las 6:00 de la mañana, y no desde las 10:00 de la noche, como ocurre actualmente.
El primer cambio
A partir del 15 de julio de 2023, la jornada laboral en Colombia se reducirá una hora, es decir, ya no se trabajarán 48 horas a la semana, tal y como ocurre ahora, sino 47. Esta reducción será gradual, porque para el 15 de julio, pero de 2024, la jornada ordinaria pasará a 46 horas semanales.
Este cambio en el horario laboral obedece a la Ley 2101, de 2021, “que tiene por objeto reducir la jornada semanal de manera gradual, sin disminuir el salario ni afectar los derechos adquiridos y garantías de los trabajadores”.
Anudado a lo anterior, el gobierno Petro ha propuesto modificar el artículo 179 del Código Sustantivo del Trabajo de manera que el recargo por horas extra y dominicales sea del 100% y no del 75%, como ocurre actualmente.
Estabilidad absoluta
Lo que ha defendido el gobierno actual es la estabilidad laboral de todos los empleados que para el caso del año inmediatamente anterior 22,6 millones de personas, frente a los 21,1 millones ocupadas el mismo mes en 2021, según datos del DANE.
Frente a esto, el presidente lanzó algunas críticas “pretendemos que en Colombia exista estabilidad laboral. ¿Quién le dijo al empresariado grande de este país que se podía construir una empresa más productiva sobre la base de transformar en esclavos a los trabajadores?”, sostuvo.
En esto, lo que dice Petro es que haya una mayor estabilidad laboral y una mejor remuneración redunda en un mayor compromiso de los trabajadores.
“Si el mundo del trabajo es más estable, las empresas son más estables, el trabajador y la trabajadora llegan a querer la empresa de la cual no son propietarios, llegan a aportar su vida a un enriquecimiento más estable, que debería repartirse en mejores salarios y mejores ganancias”, sostuvo el jefe de Estado.
En este sentido, el primer mandatario plantea que es necesario que realizar incrementos salariales acordes al IPC para todos los salarios superiores al salario mínimo.
Ante lo anterior, Santiago Martínez Méndez, experto en asuntos laborales indicó que “no cabe duda de la importancia de que los trabajadores no pierdan el valor adquisitivo y movilidad salarial, pero guiarse por un porcentaje general complejo no es necesariamente técnico. Una norma en ese sentido llevaría a una permanente inflación al tener que ajustar tarifas de bienes y servicios al IPC para cubrir los costos laborales; desconoce que Colombia es un país de regiones y los indicadores macroeconómicos como el desempleo o la inflación varían drásticamente según el departamento y, que el piso del incremento salarial siempre sea el IPC aun cuando tengamos periodos de hiperinflación puede ahondar dicha problemática”.
Productividad
La productividad se convierte en un obstáculo difícil de sortear en un país que, más que competir con capital o tecnología, lo hace con mano de obra barata.
De acuerdo con la OCDE, una hora de trabajo en nuestro país solo genera el 35% del producto promedio de los países que integran este organismo internacional. De acuerdo con el presidente Petro, Colombia ocupa el último lugar en este ranking, junto a Turquía.
Lo que se debe tener presente en este sentido es que los colombianos deben afrontar problemáticas como la competencia de los productos extranjeros (en el mercado interno y externo) y el alto costo país, que resulta de los problemas de infraestructura, la carga tributaria y el alto costo de los servicios públicos.
Informalidad
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó un informe global sobre las perspectivas del mercado laboral, donde concluye que para 2023, la población aceptará empleos de ‘peor calidad’, mal pagos y carentes de seguridad laboral y protección social en relación a la desaceleración a nivel global.
En el informe, la OIT concluye que ‘ha surgido en todo el mundo un entorno de elevada y persistente incertidumbre, que contrae la inversión empresarial, especialmente de las pequeñas y medianas empresas, erosiona los salarios reales y empuja a los trabajadores de nuevo al empleo informal’.
Al mismo tiempo el informe habla de que cerca de 2.000 millones de personas laboran en el sector informal, es decir que en su mayoría no tienen acceso al sistema de protección social.
Según el DANE, en 2022 el 58,2% de los ocupados eran informales. En los centros poblados y rural disperso la proporción de informalidad fue aún mayor, del 84,7%. Y ni qué hablar de los desempleados: en 2022, la tasa de desempleo se mantuvo en dos dígitos —11,2%—.
Frente a esto, pese a que lo que dicho Petro es que pretende atacar re raíz la informalidad, aun no hay claridad sobre cómo lo pretende hacer sin generar más traumatismo.