Los propietarios de siete locales en el Centro Comercial los Comuneros en el centro de Neiva, que fueron afectados por un incendio en la noche anterior mostraron tener algo en común. En medio del pesar por las pérdidas anunciaron que superaran esta adversidad de la vida con trabajo y esfuerzo.
El Ave Fénix es uno de los máximos símbolos de una cualidad muy mencionada en la actualidad: la resiliencia, que es la capacidad de aceptar, enfrentar, manejar y recuperarse de eventos negativos. Esto es lo que mostraron tener los afectados en Los Comuneros.
La pronta reacción del cuerpo oficial de bomberos de la ciudad logró controlar la conflagración que se llevó parte de los esfuerzos y sueños de los propietarios de siete locales ubicados en el segundo piso. Estos, en compañía de las autoridades, evaluaron las pérdidas y aunque no tenían un consolidado se deduce que son millonarias.
Los afectados
Diario del Huila, escuchó las voces de estas víctimas de un siniestro que se originó al parecer por el recalentamiento de un ventilador. Esto es aún materia de investigación.
Holman Moscoso Diaz
Quien resultó más afectado porque perdió buena parte de sus esfuerzos de varios años, fue Holman Moscoso Diaz, un ingeniero eléctrico dedicado a las confecciones; por cosas de la vida y como herencia familiar. La que comenzó fue su señora madre que, ante la necesidad de confeccionar los uniformes de los hijos, terminó dándole vida a una microempresa.
Holman le aprendió a su progenitora, pero fue más allá y con base en su formación y deseos de crecer, se metió en créditos para comprar la maquinaria que le diera otra dinámica a su trabajo. Eso es lo que se perdió. Son más $200 millones de pesos que ahora tendrá que renegociar con los bancos.
En medio de la tristeza y con voz entrecortada nos anticipó que va a continuar luchando para salir adelante.
“Llevo 12 años trabajando acá en Los Comuneros, de los 22 que llevo con mi arte en el campo textil, comenzamos con bordados computarizados, luego seguimos con dotaciones y hoy amanecimos en cero, Dios nos quitó lo material, pero también gracias a Él estamos vivos y podemos seguir trabajando, luchando, lo que haremos con fe y esfuerzo”, declaró.
Son dos empleos directos y seis indirectos, personas que trabajaban satelitalmente, con igual número de familias que tendrán que comenzar de nuevo.
Al indagar sobre la evaluación y las pérdidas sostuvo; “Dios mío si ya hice una evaluación inicial y las pérdidas superan los $200 millones de pesos, en maquinaria industrial y mercancía que había también bastante.
Lo que más lo entristece y le duele es que todo lo había construido con recursos a través de créditos que apenas estaba comenzado a pagar. “Me tendré que ir a sentar con los representantes de las entidades bancarias para tratar que entiendan mi situación y se puedan refinanciar o que me den alguna solución, que alguien me asesore en este caso, Dios mío”, sostuvo, en medio de la confusión que lo embarga.
Es lo que más le duele, porque siempre se buscan créditos y financiación con el ánimo de crecer y hacer crecer la empresa, “Dios nos quitó lo material, pero no las ganas de seguir luchando, trabajando».
En el tema de seguros, dijo que no tenía, los tuvo, hasta antes de pandemia, lo que está asegurado, tiene entendido es la infraestructura de lo dos locales, pero no se ha sentado a dialogar con el administrador sobre la manera que los van a ayudar, “no me he sentado con el administrador porque ahora no tengo cabeza para eso, dijo, Holman que a veces cree que todo es una pesadilla de la que va a despertar.
A sus 42 años de los que lleva 22 trabajando, Holman Moscoso sacó algo de ánimos en medio de su tristeza, para rematar diciendo; “soy una persona de mi Neiva, de mi Huila, con ganas, que así digan que si dicen que somos flojos demostramos todo lo contrario, somos gente de trabajo y de lucha”.
Otros damnificados
También resultaron afectados los comerciantes; Faber Rodríguez, quien perdió parte de mercancía que mantenía en un local que utilizaba como bodega. Lo primero que muestra es la solidaridad con Holman que fue el más afectado. “Desafortunadamente lo perdió todo, hubo pérdida total”, comentó.
En el caso de Faber, las pérdidas fueron por telas y camisetas que vende en otro local, pero tenía buena cantidad de lo producido en ese ya que en donde atiende es pequeño. “Las pérdidas no las he cuantificado, pero se puede decir que se quemaron parte de los sueños”, expresó. Básicamente al igual que Holman deberá ahora renegociar créditos para seguir adelante.
Finalmente, un tercer damnificado, Wilton López, sufrió la perdida de la cuarta parte de su local en donde atiende una pequeña cafetería durante el día. “No es pérdida total, pero ahora hay que sumar el tiempo que vamos a dejar de abrir hasta tanto se arreglen los locales y se reacondicione este piso”, sostuvo.
Argumentó que necesitan cualquier ayuda, porque tienen familia, hijos que mantener y por ahora no van a poder trabajar y producir, concluyó.