Amadeo Gonzalez Triviño
Es loable la labor de la docente JOSEFINA QUINTERO MURCIA, quien nos ha sorprendido con un interesante manual titulado “EL CLUB DE LECTURA: encuentro y diálogo de saberes”, publicado en medio de una crisis de valores y de principios como los que vivimos a diario, cuando en las redes sociales y los medios de comunicación nos enfrentamos a una catarata de improperios, de conjeturas, de apreciaciones propias del barbarismo de la palabra y donde se descubre sin lugar a dudas, una serie de formas de desconocimiento del otro, como consecuencia de que no estamos leyendo, de que no estamos buscando indagar sobre lo que hablamos y mucho menos, que aceptamos o buscamos respetar en el disenso y en la diferencia.
Ha sostenido el Mg. José Gabriel Castro Triviño, que “El trabajo educativo realizado en clubes de lectura, facilita la formación de lectores críticos que van más allá de una lectura de subsistencia, es decir a una lectura competitiva”.
Es frecuente establecer o conocer la forma de cuantificar libros leídos, sin conocer a la hora de la verdad, si ese trabajo de lectura ha sido fructífero o no. La idea no es leer por leer. La idea que desde hace mucho tiempo hemos buscado a partir de los centros culturales o por los gestores que se dedican a este oficio y que retoman las formas de la docencia en su espíritu de plenitud, es la comprensión de la lectura, la necesidad de ser críticos de lo que leemos y que a su vez, con nuestra participación y la de quienes están en nuestro entorno, enriquezcamos las palabras, los libros, las lecturas y demos a su vez, un apoyo a quienes quieren emprender ese camino de la palabra leída, ese camino de la palabra escrita.
La docente Josefina Quintero Murcia, nos presenta entonces ideas y propuestas para hacer realidad este proceso formativo desde la escuela, escuela que nace desde la familia, donde padres e hijos, deben convocarse en torno a un libro, deben estar prestos y unidos para compartir los textos o las lecturas que cada uno advierta que hacen parte de un interés por conocer algo más de lo que nos enseñan en la escuela o que cuando vayamos a la escuela, tengamos bases y conocimientos de una lectura que construye, que edifica, que propone soluciones e ideas para fortalecer al ser humano en sociedad.