Por: José Eliseo Baicué Peña
No hay duda: el fútbol es otra manera de ver el mundo. Es un estilo de vida. Es el argumento perfecto que convoca y atrae a públicos de todos los géneros, edades, credos, razas y nacionalidades. Es el lenguaje universal que se habla en todos los rincones del planeta.
Lo más sorprendente es que convoca no sólo a jugadores, técnicos y organizadores, sino, también a periodistas, patrocinadores, familias, hijos y esposas.
Y, es que las esposas, compañeras, novias o amigas de los jugadores también juegan un papel muy destacado en el pleno desarrollo y óptimo resultado de un partido de fútbol. Ya sea en las ligas mayores de profesionalismo, o en los torneos de los aficionados.
No sólo son conocedoras de los encuentros deportivos, fechas, horas y rivales, sino, que también ayudan a preparar la jornada, a organizar uniformes e implementos deportivos, acompañan a sus parejas, los aplauden y animan durante los partidos, y, también, les dan consuelo en las derrotas.
Así son las damas del Club Veteranos Huila. Son una compañía valiosa y determinante en el juego de los domingos. Y, como si fuera poco, organizan actividades que permiten ofrecer refrescos y exquisitos preparativos para alimentar a los jugadores, de manera previa o posterior al encuentro, contribuyendo con ello a volver cada domingo en una fiesta donde el fútbol es protagonista principal.
Es oportuno agradecer la participación y acompañamiento de todas las damas en estas jornadas, puesto, que aunque no están dentro de la cancha, sus voces y alegorías constituyen un aliciente tan efectivo como necesario en esos momentos.
Ellas esperan con paciencia a sus parejas sin importar el resultado. Están ahí en las victorias y en las derrotas. Y los jugadores saben que descansar a su lado es ya un ingrediente adicional muy satisfactorio.
Gracias señoras por todo su apoyo incondicional y permanente. Sin ustedes los domingos de fútbol no serían el plan perfecto. Felicidades a todas.
