A buen ritmo las obras de rehabilitación de la Ruta 45 avanzan a buen ritmo, y se espera que se cumplan los cronogramas preestablecidos en la cesión del contrato que realizó el gobierno nacional, con el fin de terminar la tortura que ha padecido la población del surcolombiano. Recordemos que cuando se transitaba por esta destruida carretera, sufrimos permanentemente por la cantidad de huecos y cráteres que poseía toda la vía. Atrás debe quedar el viacrucis que tuvieron los conductores que transitaban por este cordón vial que integra los departamentos del Huila, parte del Cauca y Putumayo. La vía que conduce desde la capital del departamento del Huila, hacia Pitalito y San Agustín, se ha había convertido en un icono de la negligencia administrativa de las instancias nacionales, generando la mayor desconfianza por las reiteradas promesas para ceder este contrato que fue adjudicado por el anterior gobierno nacional porque había sido abandonada en otrora, por la irresponsable empresa Aliadas por el Progreso. Solo se había dedicado a cobrar los peajes de los Cauchos y el Altamira.
Pero hoy en día, transitar por esta vía, es otra cosa. Se siente una mayor comodidad porque no tenemos destruida la vía. La nueva empresa concesionaria después de tapar todos los huecos ha empezado un proceso acelerado de los trabajos de repavimentación. Aunque es incómodo los reiterados pares y siga que se ubican en la vía, pero, debemos ser pacientes porque se están adelantando reparaciones, repavimentación y construcción de grandes viaductos que van a impactar positivamente el tránsito automotor. Es importante que el equipo de trabajo que está desarrollando las líneas de demarcación de las zonas repavimentadas, corrijan éstas en el sector después del Puente de las curvas de Alonso (Dirección Gigante- Garzón), porque han quedado torcidas. Como decían nuestros ancestros, están chagüetas. Es importante verificar estas recomendaciones. Desde esta casa editorial vamos a estar pendientes del desarrollo de la vía.
Pero hay una situación bastante preocupante. Es la compra de predios que se están desarrollando actualmente, que, por la falta de llegar a consensos con los propietarios, han tenido que aplazarse la continuación de algunas obras adyacentes a la misma. Lo anterior ha ocasionado que se tenga que pasar a procesos de expropiación administrativa, que pueden dar a lugar a demoras en la terminación de esta anhelada vía para los habitantes del surcolombiano. Esta es una dificultad con la que se han encontrado la empresa concesionaria de la ruta 45. Los predios cercanos a algunas de las obras deben ser negociados en el mejor de los casos de manera voluntaria, pero en caso contrario se va a un pleito de extinción de dominio, vía judicial, lo que se toma un tiempo, hasta tanto un juez emita un fallo para tal fin.