Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa
Todo lo concerniente a seguridad alimentaria hace mucho tiempo se convirtió en un tema grueso a nivel mundial que amerita toda la atención por parte de los diferentes países, incluso de los continentes, quienes deben pensar en unirse mucho más para asegurar la supervivencia de la raza humana.
La seguridad alimentaria hace referencia a la disponibilidad suficiente y estable de alimentos, su acceso oportuno y su aprovechamiento biológico, de manera estable a través del tiempo. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), señala que una oferta adecuada de alimentos a nivel nacional o internacional, en sí, no garantiza la seguridad alimentaria a nivel de los hogares. La preocupación acerca de una insuficiencia en el acceso a los alimentos ha conducido al diseño de políticas con mayor enfoque en materia de ingresos y gastos, para alcanzar los objetivos de seguridad alimentaria.
La comunidad científica mundial, entre esta, un destacado científico huilense, Ph. D en Biofísica y Posdoctorado en Genética, Luis Orlando Castro Cabrera, ha venido liderando proyectos a nivel global, buscando fortalecer este fundamental factor de supervivencia, como lo es la seguridad alimentaria.
Este trabajo que viene liderando el doctor Castro Cabrera, incluye entre otros temas, el programa de manejo integrado y recuperación de suelos degradados, programa de nutrición ortomolecular/corrección metabólica, congelación de alimentos, distribución, comercialización, y logística en general.
Coincide plenamente la iniciativa del experto científico, con la visión de mediano y largo plazo del gobernador del Huila, Luis Enrique Dussán López, al querer dejar implementado un nuevo modelo de desarrollo económico, que incluye el plan de ordenamiento productivo y social de la propiedad rural, mediante el cual se busca mantener o generar una producción de alimentos y de otros productos, de manera sostenible, sustentable y ordenada.
Esta estrategia, se ha venido construyendo de manera concertada con cada uno de los 37 municipios y el apoyo de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria – UPRA, la cual fundamentalmente lo que busca es producir de acuerdo con la vocación y aptitud de nuestros territorios y el mercado, y no de manera intuitiva.
Este es un trabajo que se viene desarrollando de la mano de 22 cadenas productivas, de donde se desprende un plan de extensión agropecuaria, un plan de riego, un plan de formalización de predios rurales, y un plan de agro/logística.
De allí la importancia de la vinculación de la academia, el estado, la empresa y la sociedad, para poder lograr objetivos sustanciales como los de generar condiciones propicias para asegurar el futuro de la población.
Cierro esta columna con la siguiente frase del S.S. Papa Francisco, “»Un pueblo se juega su futuro en la capacidad que tenga para asumir el hambre y la sed».
