Aunque los colombianos han aumentado el consumo de esta especie en 15 mil toneladas, su producción en el país sigue enfrentando a piscicultores y ambientalistas. En el Huila, líderes del sector solicitan revisar el tema para ver la viabilidad en el departamento.
Diario del Huila, economía
Por: Gloria Camargo
En Colombia, el departamento del Huila continúa siendo un referente en la producción piscícola, con el 40% del total nacional, es decir con cerca de 80.000 toneladas para el año 2022, principalmente en tilapia, no obstante, productores señalan que el crecimiento podría ser mayor.
Esto, si en el país, se diera pie libre a la producción del pez basao también Pangasiushypophthalmus, el cual se encuentra prohibido al denominarse como una especie invasora.
Posición regional
Cifras no actualizadas desde el 2021 por la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca, Aunap, en el país se importan cerca de 80.000 toneladas de pescado al año, el cual es traído principalmente desde países como Vietnam, Ecuador, Chile, China, Uruguay y Argentina.
Entre tanto, el Ministerio de Agricultura, señaló que “el 75% de las importaciones de pescado que realiza Colombia, representan un 29% de la demanda nacional. Además, los principales productos pesqueros que se importan son basa de Vietnam, salmón de Chile, merluza y calamar de Perú y cojinúa y jurel de México”.
Con respecto a ello, Álvaro Alfonso Méndez Rojas, presidente de la Junta de Administración de la Cooperativa Multiactiva de Piscicultores del Huila, señaló que “Colombia produce cerca de 110,000 toneladas de pescado, pero importados 80.000 toneladas para consumo interno. No quiere decir que esas importaciones en este momento nos están afectando en cuanto a lo que producimos”.
Y añadió en referencia a lo que sucede con el basa, es que esta es “una especie que importan modalidad de congelado tipo filete desde Asia. De acuerdo algunos estudios es un pescado que viene con unos altos niveles de contaminación,pero que están permitidos por el Invima, que es la entidad que controla eso, pero no están en el tope tóxico para el consumo humano”.
“En ese orden de ideas, ese pescado no es nativo de Colombia y por eso cultivarlo es ilegal, pero es de muy buena aceptación para el consumo de las personas. También se ha establecido que su producción es más económica porque crece más rápido y es una especie, que si llega a ser legalizada le daría la posibilidad al bagre blanco o el rayado, los cuales están bien extinción, que puedan desarrollarse” dijo, al tiempo que añadió que su consumo sería reemplazado por el Pangasiushypophthalmus.
“Simplemente se reemplazaría, entonces nuestras especies tendrían mayores posibilidades de subsistencia en nuestro ríos, además de un menor daño ambiental”, puntualizó.
Con referencia a los estudios ambientales que se han ejecutado previamente en el país, indicó que “desde el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos ‘Alexander von Humboldt’, muchas personas dicen que si se autoriza en Colombia la producción de esta especie el impacto ambiental será negativo y van a desaparecer algunas especies de los ríos”.
Según Méndez Rojas, en el país y en departamento, donde se han llevado acciones judiciales de incautación de este pescado, se tiene conocimiento que desde hace 14 años, cuando fue introducido el basa, algunas personas lo han cultivado sin que esto haya generado un impacto negativo en el ecosistema.
“Estamos metidos en una película rara, favoreciendo seguramente a los importadores de ese producto,cuando aquí se puede producir y, ¿quiénpodría producirlo?, pues los pequeños piscicultores”, estableció.
Entre las principales características para la siembra de este pez, el representante, señaló que “es un pescado que es más económico producirlo porque requiere menos energía porque tiene la ventaja de que respira y tomar oxígeno del ambiente, (la tilapia lo toma el agua), es decir no requiere aireadores para estar incorporando el oxigeno al agua. Segundo, no hemos visto que sea una especie depredadora, se han conocido casos donde se cultivan con tilapia roja, con cachama y se ha establecido que el sábalo se come al basa.
Es más, no se reproduce en el medio ambiente, se reproduce en cautiverio. Uno va al Magdalena medio a preguntar, porque por ahí en esa zona del Tolima y Antioquía, son grandes productores de ese tipo de pescado, y en las ‘fugas’ que deben llegar a Barrancabermeja no se encuentra basa”, dijo.
Finalmente, estableció que por ahora, lo que se busca desde el sector productivo, es que el Gobierno Nacional reevaluara esta prohibición, “teniendo en cuenta la situación real, porque no podemos seguir trabajando con intereses económicos basados en supuestos que van contrarios a la realidad”.
Rentabilidad y consumo
Un panorama que se suma al debate que se ha venido generando con más fuerza durante los últimos meses en el país, mientras que autoridades incautan criaderos de esta especie en departamentos como Caquetá, Cauca y Huila.
No obstante, productores ven en esta especie, una oportunidad para obtener una mejor rentabilidad ante el encarecimiento de los concentrados, los cuales aumentaron un 32% en 2022, según la Sociedad de Agricultores Colombianos.
De otro lado, la Federación Colombiana de Acuicultores, Fedeacua, indicó que son varios los beneficios que deben tenerse en cuenta a fin de “ayudar a la seguridad alimentaria y reducir la informalidad”.
César Pinzón, presidente de la entidad, resaltó que “para producir 1 kilo de tilapia se necesitan $10.000, en cambio, para 1 kilo de pez basa cuesta aproximadamente $4.125”. A pesar de su prohibición, la producción de pez basa alcanzó las 15.000 toneladas en 2022.
Impacto ambiental
Carlos A. Lasso Alcalá, doctor en ciencias biológicas e investigador senior del Instituto Humboldt, que se encuentra en la mitad del debate, indicó que el país debe abrir de nuevo el debate, pues “el basa va a alcanzar la producción de trucha, porque se está masificando su cultivo”, haciendo énfasis en que “la domesticación impactaría de mayor manera el medio ambiente si se sigue cultivando de manera irregular”.
Una posición que muestra un cambio de postura de la entidad, pues en varias oportunidades ha señalado que “las consecuencias de la introducción del pez, son inciertas para la ictiofauna y ecosistemas acuáticos regionales debido, entre otros factores, a vacíos de información existentes”.
Según su concepto técnico sobre el nivel de riesgo de la especie para los peces y ecosistemas acuáticos de agua dulce del país y cuyos resultados fueron incluidos en el IV Catálogo de la Biodiversidad Acuática, Humboldt catalogó “la especie como de alto riesgo tras un protocolo de análisis de riesgo y comprobar su reproducción con propósitos comerciales. Esta es una actividad ilegal pues en Colombia solo se autoriza la importación del pez basa en filete para consumo masivo”.
Por tal razón, en todo el país, el Instituto Alexander von Humboldt, adscrito al Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible la ha categorizado como especie invasora y por tanto no se permite su introducción libre.
¿Porqué la polémica?
El Pangasianodonhypophthalmus pertenece a la familia Pangasiidae y puede alcanzar hasta el 1.3 m de longitud y pesar hasta 44 kg.
Este pez es una especie dulceacuícola, que habita ambientes acuáticos tropicales con temperaturas que fluctúan entre 22°C – 26°C y con rangos de pH entre 6.5 – 7.5 (5). Su nombre original es Sutchii panga, conocido en Colombia como Basa o Stripedcatfish en inglés.
Según la Universidad Nacional de Colombia, su régimen alimenticio es omnívoro, alimentándose tanto de peces, crustáceos como de restos vegetales.
Cabe señalar además que “las hembras en cautiverio toman hasta tres años para alcanzar la madurez sexual (con más 3 kg de peso), mientras que los machos a menudo maduran en su segundo año. Una hembra de 10 kg hembra puede desovar más 1 millón de huevos. Reproductores silvestres generalmente desovan dos veces al año, pero en jaulas en Vietnam se han registrado desoves a las 6 a 17 semanas después del primero”.
El basa es una especie altamente migratoria que hace movimientos de larga distancia sobre cientos kilómetros aguas arriba en busca de refugio, para luego retornar aguas abajo hacia hábitats de desove, alimentación y guardería. Y a nivel mundial, es capturado por pesquerías artesanales, y ha sido introducido con este fin en muchos países asiáticos como Bangladesh, China, India, Indonesia, Malaysia y Myanmar.