Este sábado, Marruecos amplió su estado de euforia al derrotar 2-1 a Brasil en un partido disputado en Tánger sin los servicios del lesionado Neymar ni respuestas a la organización y mordida del semifinalista de Qatar 2022.
Las cualidades esenciales que ayudaron a la selección de Walid Regragui a derrotar a Bélgica, España y Portugal en el Mundial anterior no han disminuido lo más mínimo.
Con una nueva lección de intensidad y eficacia, ya pesar de los numerosos errores de Bono, este equipo demostró en Tánger que ha llegado para quedarse al derrotar a un pentacampeón del mundo.
Por mediación de Boufal, se adelantó en el minuto 29. En el 67, Casemiro empató para la Canarinha, pero Sabiri mantuvo vivo el partido y puso el 2-1 a diez segundos del final, provocando el frenesí del público del estadio y los gritos de «olés» en la grada.
A excepción del gol brasileño, el partido comenzó sin sorpresas. Weverton, el arquero del Palmeiras, reemplazó a Ederson, quien había estado experimentando problemas estomacales.
La presión aumentó a medida que los cinco veces campeones del mundo estaban presionados por el tiempo. Vinicius se benefició del creciente número de espacios vacíos. En esas, Casemiro falló con poca confianza, pero su remate se abrió paso en los brazos de Bono, empatando el partido.
Todos anticipaban que Brasil perdería definitivamente el pelo, pero Marruecos sorprendió a todos con un segundo gol de Sabiri que llegó tras un error de Militao a diez minutos del final.