GERARDO ALDANA GARCÍA
La constelación familiar es una forma de terapia de grupo familiar desarrollada por
el filósofo, teólogo y pedagogo alemán Bert Hellinger. De acuerdo con el Centro de
Estudios de Psicología, en los años 90, el señor Hellinger fundó esta terapia de
introspección familiar. Durante años, este psicólogo, pedagogo y sacerdote
investigó y recopiló información sobre las familias que ayudaba mediante este
método. Gracias a ello, descubrió que la mayoría de las personas reproducen
las dinámicas y patrones de sus familias de forma inconsciente. Frecuentemente
estos llevan a tener malas experiencias psicológicas, como ira, ansiedad o
aislamiento. Incluso pueden desarrollar ciertos desórdenes a raíz de la relación
con la familia, como alcoholismo o dependencia emocional. Según Hellinger, las
constelaciones familiares pueden ayudarnos a descubrir y reinterpretar estos
patrones inconscientes para encontrar soluciones a nuestros conflictos latentes.
El pasado fin de semana tuve la oportunidad de conocer en vivo y en directo
varias sesiones de la terapia de constelaciones familiares, presentada por el
terapeuta mexicano Mario Alvaro ante grupos de la ciudad de Neiva y
Campoalegre. El experto que llegó acompañado de los asistentes
guatemaltecos Carlos Coll y Mirtza Quiñonez, asombró a los asistentes desde la
práctica de su técnica, para lo cual algunas personas voluntarias quisieron
exponer algunos de los fenómenos, problemas o traumas presentes en sus
vidas. El recinto que albergaba en Neiva a treinta y seis personas escuchó la
clamor de pacientes con problemáticas asociadas a miedos, ansías, traumas
derivados de infidelidades y divorcios e incluso el dolor por la perdida de un ser
querido que dejó de existir hacía siete años. En un principio el grupo se veía un
tanto tímido para exteriorizar los problemas del individuo; más cuando la primera
de ellos se resolvió y expresó que su relación con su madre era muy difícil y que
les afectaba sus vidas y frente al tratamiento ofrecido por el terapeuta Alvarado,
le siguieron otras personas que con resolución y confianza contaron sus propios
males. Desde el primer caso socializado y una vez el terapeuta entró en acción,
el auditorio se llenó de una extraña energía que sugería un notable sentimiento
de amor por el prójimo, de una expresiva consideración por el paciente. Las
lágrimas fluyeron y varios rostros cambiaron su semblante fruto de emociones
vividas desde la intimidad tanto de los espectadores como de forma mas
profusa del paciente.
La terapia en desarrollo permitía que el escario se convirtiera en una auténtica
sala de teatro, con la excepcionalidad de que tanto los actores directos invitados
a conformar un núcleo familiar inusitado para el afectado, como los que
estábamos de espectadores, todos al unísono vivíamos el mismo drama de
quien lo padecía. Fue asombroso cuando la persona en tratamiento lograba
descubrir que la causa de su problema de miedo a la interacción derivaba de
una razón totalmente diferente a la que siempre había considerado. Cada
persona que fue invitada a representar a determinado miembro de familia del
afectado terminó viviendo de forma clara y sentida el papel asignado y se
llenaba de una capacidad y a la vez de calidez para transmitir al paciente
mensajes de recuperación, de sanación. Lo que generalmente se vio fue la
aparición del llanto en los pacientes. Se apreciaba que se había generado una
crisis psicológica en el paciente que le llevó a reconocer la causa del trauma y lo
mejor de ello fue atestiguar la serenidad y felicidad experimentada por la
persona al cierre de la terapia cuando expresaba que se sentía liberada de un
enorme peso. En varios casos afloró la confesión de un perdón al semejante del
que había recibido un daño determinado. Igualmente, le terapeuta motivó en el
paciente la necesidad de un perdón así mismo, lo cual dejaba ver una persona
renovada, sonriente.
Me ha gustado el tipo de terapia y me he admirado de sus resultados en las
personas. La presencia de experto llegó al departamento del Huila en el marco
de una gira internacional por Colombia que incluye ciudades como: Dos
Quebradas, Santa Rosa de Cabal, Cali, Ibagué{e, Neiva, Campoalegre y
Bucaramanga. Una gira inspirada, según la delegación mexicano-guatemalteca,
por amor al prójimo, impulsada por la organización internacional Confegnósis y
su miembro en Colombia Fegnoscol con apoyo de la Fundación Accicolhus y la
Secretaría de Cultura y Turismo que facilitó un espacio en la Biblioteca
Departamental Olegario Rivera de Neiva, por lo que los asistentes accedieron al
muy edificante taller manera libre, autónoma y sin tener que cancelar estipendio
alguno.
