Por: Aníbal Charry González
La revista Semana en su última edición publica una entrevista envenenada que hace Vicky Dávila -que constituye una vergüenza para el periodismo- al candidato que mayor preferencia tiene para la presidencia, Gustavo Petro, donde destila odio hacia el entrevistado con el fin de descalificarlo de manera infame ante la opinión pública cumpliendo un mandado del régimen, al punto de sindicarlo de hampón reiteradamente por haber sido guerrillero del M 19, que según la entrevistadora era un grupo delincuencial integrado no por rebeldes, sino por hampones comunes de cualquier otra organización criminal, como por ejemplo los parapolíticos que fueron condenados a tutiplén por la justicia por sus fechorías.
Y por supuesto, lejos de lograr su descalificación, lo que hizo fue consolidar su preferencia ante la opinión por las inteligentes y consistentes respuestas de político bien formado, como cuando de manera contundente ante la insistencia de la Dávila de sindicarlo de hampón por su pasado guerrillero y de pertenecer a un grupo delincuencial, la dejó en su sitio de mercenaria entrevistadora, precisándole que la rebelión no era un delito común sino un delito político, donde sus integrantes no eran hampones sino rebeldes revolucionarios, como lo fue Simón Bolívar frente a la Corona Española en su lucha por la Independencia, que no se podía confundir con tiranos que utilizaban las armas como Hitler que si fue un hampón desde el Estado, re afirmándole que la paz no se construía con hampones como lo hizo Uribe con los paramilitares, sino con rebeldes como lo hizo en su momento el M19, para que quedara bien clara la diferencia.
No pudo quedar más trasquilada en su infame encargo la burda entrevistadora con un entrevistado de superior inteligencia, que reiteró sus propuestas en un futuro gobierno que hoy lo tienen como candidato favorito de los colombianos frente al desastroso gobierno de Duque, hablando de reformas en un escenario de paz, como la reducción del ejército pero con el incremento de la policía con un proceso de contratación más transparente, porque como bien lo sabemos todos los colombianos el actual es muy oscuro sumido en la más asquerosa corrupción, reafirmando su compromiso de que se acabe la violencia como lo deseamos todos, pero enfrentando otros desafíos como detener la destrucción de la selva amazónica, donde el ejército debe ser el articulador de la defensa del territorio en el cambio climático.
Y en lo que respecta a la economía y el desarrollo nacional en lo cual tiene las cosas claras Petro, cuando lo han querido rotular como comunista o castrochavista, metiendo miedo embusteramente sus asustados contradictores, categóricamente manifestó que en caso de ser presidente, lo que proponía era el desarrollo de un capitalismo productivo de generación de riqueza, pero también de distribución de la riqueza que es lo que reclama a gritos este país sumido en la miseria y la desigualdad, cambio al cual por supuesto no había que tenerle miedo, sino a la continuidad de gobiernos corruptos que llevan gobernando 2 siglos. Y ese es el cambio que estamos esperando millones de colombianos.