Carlos Yepes A.
Le va a tocar muy duro a la clase dirigente del huila poder hacer algo significativo en lo que resta de este gobierno por el Huila. Reina mucha indiferencia e incertidumbre al parecer de parte del gobierno nacional con respecto al departamento. El gobierno nacional está enfocado al parecer en su apretada agenda legislativa descuidando frentes de trabajo regionales que su capacidad administrativa no debiera dejar desbordar.
Con una agenda legislativa “recargada”, pues desde el siete de febrero y semana tras semana desde el inicio de las sesiones extraordinarias, asumió el gobierno un riesgo titánico radicando para un debate casi que simultáneo las reformas a la salud, luego la laboral y por último la pensional. Son tres reformas radicadas con muy poco intervalo de tiempo, pese a que contienen cambios de fondo e implican múltiples aspectos políticos, económicos, sociales e institucionales y como si fuera poco viene haciendo trámite el proyecto del Plan Nacional de Desarrollo, una adición presupuestal por más de 23.2 billones, así como proyectos de humanización carcelaria y la Ley de sometimiento a la justicia para bandas al margen de Ley como el “Clan del Golfo”.
A parte de esta sobrecarga legislativa, el gobierno y los congresistas deben atender en materia política, la cercanía de las elecciones regionales, estamos a muy escasos meses de éstas y allí el gobierno tiene, como cualquier gobierno de turno, al igual que los congresistas, una ardua labor para sus aspiraciones de cambio en los mapas políticos territoriales.
Al recargar la agenda legislativa, se limita la posibilidad de un análisis serio y de fondo a estos proyectos que son cruciales y que venían siendo una necesidad sentida del país. Esto genera cierta reserva en favor de la calidad de las iniciativas y facilita caer en vicios de forma y de fondo. Pareciera que el llamado “mandato popular” entregado al presidente, se quiera imponer sobre la mesura y la sana discusión de reformas trascendentales para los colombianos, las reformas radicadas son de inmenso alcance para el país y cada uno de nosotros, modificarlas implica tiempo y contra propuestas por parte de las diferentes fuerzas que la misma democracia ha llevado al Congreso, no cabe desde ningún punto de vista la amenaza de presión popular.
Afortunadamente el Huila cuenta en esta coyuntura con un Senador como Carlos Julio González Villa, conocedor de los temas nacionales y a quien el Huila tendrá que motivar para que al margen de esta apretada agenda pueda seguir abogando por temas cruciales para el sur colombiano como
la ruta 45 en su totalidad y en especial el paso por pericongo y el puente de arenoso a la salida de Neiva, que siguen manejándose con paños de agua tibia desde el gobierno nacional.
Por último, esta apretada agenda y las sentidas necesidades del departamento no nos deben desenfocar de la oportunidad histórica para que el gobierno nacional y el país cafetero se reivindiquen con el Huila llevando a la Federación Nacional de Cafeteros a un hijo de esta tierra que hoy se ratifica como la principal productora de grano en calidad y cantidad. El Huila unido debe pedirle al gobierno nacional elegir a Germán Bahamón en la Federación.
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