DESHOJANDO MARGARITAS
Por Margarita Suárez Trujillo
Quiero compartir la felicidad por los logros de una huilense en los Estados Unidos, que para fortuna propia es mi sobrina médica, María Alejandra Suárez Amaya. “Alejita”, como le decimos, acaba de ser aceptada para adelantar residencia en Pediatría, en la U Texas Med Sch-Houston. Hará rotaciones en el centro médico más grande del mundo, en Children´s Memorial Herman Hospital de Houston y en MD Anderson, Hospital número 1 en Cáncer en los Estados Unidos, también en el Hospital Comunitario Lyndon B. Johnson. Su training comienza el 26 de junio y dura tres años. Para esta especialidad aplicaron 1.500 médicos, entrevistaron 300 y aceptaron 24. De los 24, María Alejandra es la única latina con pregrado en el extranjero. Hay sólo otra persona titulada en el extranjero, en Beirut Arab University. Hay dos latinos más, pero con pregrado en USA. Me enorgullece decir que mi hermana Claudia, abrió la senda del éxito huilense, en el ejercicio de la medicina en los Estados Unidos. Su sueño de ser doctora, comenzó cuando tenía 15 años y viajó a Monterrey, Méjico, a estudiar. De allí dio el salto a San Antonio, Texas, donde logró homologar y luego llegó a El Paso, donde hizo su residencia como Ginecóloga. Hoy es una de las profesionales más prestigiosas en la región y cuenta con dos clínicas privadas. Decirlo suena fácil, pero fue un periplo agotador hasta lograr su meta. María Alejandra, hija del exalcalde de Neiva, Pedro Suárez, y de su primera esposa la odontóloga, Rocío Amaya, fallecida en un accidente de tránsito en enero del 2009, viajó en octubre de 2016 a los Estados Unidos, una vez se graduó de médica en la Universidad San Martín en Bogotá. En su sueño la acompañó su compañero de universidad, que luego fue su novio y ahora su esposo, el también médico Juan Camilo Padilla. Después de tres exámenes costosos, que le demandaban estudiar 10 horas diarias durante seis meses, para preparar cada una de las pruebas, logró salir avante. Para sostenerse en los Estados Unidos, trabajó en todo tipo de negocios de comidas y posteriormente vendiendo seguros. Asistía a clases para mantener su visa de estudiante que le permitía estar legal. Todo un reto que hoy recuerda con emoción porque como dice ella ¡LO LOGRÉ!
