Desde que asumió la presidencia Gustavo Petro Urrego, la coalición de gobierno que se conformó para respaldar en el legislativo todas las Petro reformas que fueron presentadas, la mayoría con mensajes de urgencia, algunos expertos expresaron su incertidumbre por la forma como se desarrollaban los trámites al interior del congreso. Desde esta tribuna hemos venido analizando y haciéndole un seguimiento a todo este proceso, que desafortunadamente algunos integrantes de los movimientos políticos fueron negociados por el ejecutivo a través de la detestable mermelada, para comprometerlos con el voto de su aprobación. Desafortunadamente el panorama social, político y económico del país, ha generado un detrimento y una inestabilidad en la tranquilidad y armonía de las familias colombianas. El incremento de actos delincuenciales y la anarquía que están a la luz del día en la mayoría de las regiones en el país, por la ausencia de la autoridad, han creado una desconfianza en el actuar gubernamental, que permea junto con la profunda crisis económica en se debaten las familias colombianas, y que necesariamente ejercen una presión social y gremial contra los padres de la patria, los han hecho reflexionar para seguir respaldando todo ese desbordado afán reformista.
Además, se acercan las elecciones regionales y donde los congresistas tienen el soporte electoral para continuar vigentes en el panorama político de sus regiones. Y esto no es cuento. Es la pura realidad. La factura de cobro está cada vez más cimentada en la mente de sus electores. Es indispensable que el gobierno nacional, modere sus ímpetus de arrogancia, vanidad, sesgo ideológico, odios, entre otros mecanismos detestables que se expresan permanentemente a través de trinos, con discursos elocuentes y ventijulieros, propuestas descabelladas y descontextualizadas, justificando el cambio que prometieron y que hasta ahora, lo único que han logrado, es polarizar más el país y fortalecer el sendero de la pobreza en el país con las medidas adoptadas, durante los últimos ocho meses.
De acuerdo con todo lo anterior, durante las próximas tres semanas, serán decisivas para la aprobación de las reformas a la salud, pensional, laboral y las demás iniciativas gubernamentales que ha presentado al Congreso de la República. Es incierto el panorama político alrededor de estos proyectos de Ley. Además, es un error craso las amenazas del ejecutivo de pedirles la renuncia a los pocos funcionarios de tercera categoría, que les ha nombrado a los partidos liberal, conservador y de la U, sino le aprueban dichos esperpentos de reformas. Igualmente, y el peor error histórico, de amenazar a los congresistas de convocar a las diferentes organizaciones gremiales y sociales de izquierda y a los desadaptados sociales de la primera línea a las calles, para ejercer presión al legislativo para que le aprueben sus propuestas. Así, no se construye democracia.
