Por: ERNESTO CARDOSO CAMACHO
El calendario electoral para las elecciones territoriales de gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles previstas para el 29 de octubre, indica que las inscripciones de candidatos deberán realizarse a más tardar el 29 de julio.
En la actualidad existen más de 35 partidos y movimientos políticos reconocidos por el Consejo Nacional Electoral, los cuales podrán otorgar a través de sus representantes legales, los avales con los cuales deberán inscribirse los respectivos aspirantes a los cargos de representación popular.
Así mismo, podrán ser inscritos los candidatos mediante el mecanismo de grupo significativo de ciudadanos, en cuyo caso se exige constituir una póliza con compañía de seguros que tiene un alto costo, hecho que sin duda restringe dicha opción a quienes no cuentan con los recursos económicos suficientes para asumirlo.
La realidad indiscutible que causa preocupación por la deformación del sistema democrático y que desgasta considerablemente la credibilidad de partidos, movimientos y candidatos; es que los avales los otorgan quienes detentan el poder político y con ello mantienen sus estructuras clientelistas para la siguiente elección. Allí radican dos elementos fundamentales. La falta de renovación en los liderazgos de partidos y movimientos, así como un esquema de financiación que muchas veces tiene su origen en actos de corrupción o de actividades criminales.
En estas circunstancias el debate democrático pierde buena parte de su esencia en relación con el derecho de ser elegido, pues tales mecanismos para acceder a buscar el apoyo ciudadano aleja y excluye a personas con excelentes condiciones de conocimiento, transparencia y capacidad de servicio para aspirar a ejercer los cargos en disputa.
Ya empezamos a observar en escena ciertos candidatos que soportados en las maquinarias y estructuras clientelistas, pretenden obtener una nueva oportunidad de ejercer el poder cuando han acumulado honores y beneficios que no siempre han contribuido con el progreso y bienestar de los huilenses, cerrándole así el paso a los nuevos liderazgos que tanto exigen los ciudadanos, cansados de soportar una clase política que con acuerdos por debajo de la mesa siempre han manejado los destinos de la región, cada vez más empobrecida y sin oportunidades de progreso y bienestar.
En otros aspectos, observamos aspirantes que dicen representar a una colectividad política pero que en realidad son agentes oficiosos de los mismos caciques de siempre que también han acumulado honores y dignidades, con los cuales han satisfecho sus propias ambiciones personales o familiares, sin aportarle nada significativo al desarrollo regional.
En este panorama es evidente que, por una parte, habrá una proliferación inusitada de avales los cuales seguramente serán objeto del histórico mercadeo que los ha caracterizado en muchos casos, con honrosas excepciones; especialmente para alcaldías y concejos. De otra parte, el pacto histórico y sus partidos y movimientos afines, buscarán avalar un candidato a la gobernación, que les garantice consolidar su poder político regional para armonizarlo con el nacional que ya ejercen.
En este escenario es donde se ha conocido la seria intención del exsenador Villalva de ser candidato a gobernador con el apoyo de un sector del PH, mientras que otros sectores vienen impulsando la aspiración de tres importantes dirigentes de esa vertiente política; siendo evidente que sería una decisión contradictoria de dicho sector del P.H que apoyaría a Villava, pues a muchos de sus militantes o electores les parece que el cambio ofrecido para los huilenses no se daría con quien ha acumulado numerosos honores y dignidades y ha detentado buena parte del poder regional por más de 20 años, junto a los demás caciques regionales.
Falta entonces por ver si al abanico de aspirantes ya conocido decide ingresar el exalcalde Lara Sanchez, quien sin duda alguna tiene los méritos, la capacidad y la experiencia suficientes; además de su reconocida transparencia en su vida pública y privada. Para muchos sería una carta ganadora con el apoyo de los partidos de la centro derecha en una coalición como la que ha sugerido Julio Bahamón como nuevo coordinador del uribismo y ha sugerido también el expresidente Pastrana para replicar a nivel nacional.
Estamos pues en la hora de las definiciones de una jornada electoral de enorme trascendencia dadas las actuales condiciones de inseguridad, violencia, criminalidad, crisis fiscal, inflación desbordada y una propuesta de paz total que privilegia al delincuente frente al ciudadano de bien.
