Por: Carlos Tobar
Cuando una persona va al médico aquejada por alguna enfermedad, está buscando que le diagnostiquen la causa de su mal. El paciente manifiesta los síntomas, los malestares, para que él que tiene el conocimiento los interprete y proceda en consecuencia.
En las dolamas sociales es tan importante, sino más, realizar un buen diagnóstico. Por eso sorprende la ignorancia con la que se abordan los problemas de una sociedad como la colombiana.
Con frecuencia oímos decir a muchas personas que Colombia es un país rico para, probablemente señalar que tenemos abundantes recursos naturales, un pueblo trabajador, una institucionalidad relativamente estable…Afirmaciones generales que nadie discutiría.
Pero, cuando se aborda desde la realidad del desarrollo económico y social nos estrellamos contra un muro que parece infranqueable. El ingreso per cápita nacional anual (recuerdo que el PIB es un indicador económico de muchos) es de 6.500 dólares, es decir que en promedio un colombiano produce anualmente 30 millones de pesos.
El ingreso per cápita del departamento del Huila es de 5.500 dólares anuales, algo así como 25 millones de pesos.
Cuando desagregamos ese ingreso promedio, nos encontramos que la mayor parte lo concentran las capas económicas más altas de la sociedad. Al sector moderno de la economía están vinculados cerca del 25% o 30% de la población: empresarios y trabajadores de la ciudad y el campo que tienen un ingreso estable que les permite solventar sus necesidades personales y familiares y tener un excedentes para realizar los aportes comunes: impuestos, contribuciones, tasas, etc. Los recursos comunes con los que construimos los bienes públicos de uso general.
Esto quiere decir que, un porcentaje muy grande de la sociedad está por fuera de la “modernidad”, del sector moderno o formal de la economía. Algo así como el 65% o el 70% de los ciudadanos se dedican a actividades informales para rebuscarse la vida. Sobreviven. Y, por lo tanto, no están en capacidad de contribuir a la construcción de sociedad.
Para atender las necesidades sociales de todos los ciudadanos: educación, salud, saneamiento básico, seguridad, justicia…, la sociedad construye, básicamente con impuestos o, percibe a través del estado participaciones en riquezas naturales (léase petróleo, gas, carbón, minerales), una bolsa común (los ingresos corrientes de la Nación).
Si todos pudiésemos aportar, no solo el 30% vinculado al sector moderno, sino el 50% o más, las condiciones serían diferentes. El progreso común es producto del progreso general. De allí que el imperativo hoy para los colombiano es el desarrollo económico entendido como trabajo y actividades productivas estables y sostenibles para las mayorías.
