ERNESTO CARDOSO CAMACHO
Se acerca la fecha límite establecida en el calendario electoral para la inscripción de candidatos que habrán de participar en las elecciones territoriales previstas para el 29 de octubre.
Los partidos y movimientos, así como los grupos significativos de ciudadanos, son los que podrán otorgar los avales o inscribir a sus aspirantes ejerciendo así sus respectivas representaciones políticas. De igual manera, quienes sean aspirantes a los cargos uninominales, es decir, gobernador o alcalde, podrán recibir coavales de otros partidos o movimientos diferentes al que haya otorgado el aval para su respectiva inscripción.
Con ocasión de la evidente crisis institucional de nuestra democracia, originada principalmente en la ausencia de credibilidad y confianza de los ciudadanos y aún de los militantes en los partidos y movimientos; en la aberrante corrupción que ha penetrado a casi todas las estructuras del Estado; en la ineficacia de la acción gubernamental para atender y solucionar las necesidades básicas de la población; factores indiscutibles que inciden cada vez más en el rechazo a los políticos tradicionales que han manejado a su antojo y para sus propios beneficios e intereses las posiciones de poder que otorga el sistema democrático, adquiere mucha importancia recordar que los ciudadanos tenemos una opción democrática de votar pero de votar en blanco.
Esta opción democrática tuvo su desarrollo legal desde antes de la Constitución del 91 pero a partir de ella adquirió plena vigencia establecida en el artículo 258, el cual fue modificado por el artículo 11 del Acto Legislativo 01 de 2003, donde su parágrafo primero señaló: “Deberá repetirse por una sola vez la votación para elegir miembros de una corporación pública, gobernador o alcalde o la primera vuelta en las elecciones presidenciales, CUANDO LOS VOTOS EN BLANCO CONSTITUYAN MAYORÍA ABSOLUTA EN RELACIÓN CON lOS VOTOS VALIDOS. Tratándose de elecciones unipersonales NO PODRÁN PRESENTARSE LOS MISMOS CANDIDATOS.
Esta enmienda constitucional fue objeto del control constitucional por la Corte que la declaró exequible, es decir, conforme a la constitución en la sentencia C-490/11.
Existen al respecto algunos antecedentes que por escasos que hayan sido no por ello dejan de significar una opción válida. Lo mismo ha ocurrido por ejemplo con otro mecanismo democrático como la revocatoria del mandato.
Muchos analistas y observadores de las realidades nacionales coinciden en afirmar que el escaso uso de estos mecanismos democráticos, obedece principalmente a que el clientelismo que caracteriza a los partidos y movimientos son su principal talanquera, así como la ausencia de estímulos legales para su adecuado y eficaz desarrollo.
En estas circunstancias, es evidente que ante la situación política de creciente polarización a que ha recurrido el gobierno Petro, confrontando y desafiando a quienes señala como enemigos del cambio frente a las radicales reformas que promueve en el congreso; escenario natural de la democracia donde se expresan las diferentes opiniones y corrientes ideológicas; las elecciones regionales de octubre van a estar caracterizadas por ese enfrentamiento y seguramente en tal escenario, el gobierno impulsará candidatos afines a sus intereses y políticas de cambio para consolidar su poder político, como ya se esta observando en nuestro caso.
Por otra parte, frente a este reto político y de consolidación de poder, los partidos tradicionales seguramente tendrán que consolidar acuerdos para nominar candidatos que representen sus posturas ideológicas claramente contrarias a quienes sean avalados por el Pacto Histórico, especialmente en gobernaciones y alcaldías, pues es allí donde se ejerce el verdadero poder político.
Sin embargo, las realidades propias de cada región serán determinantes para que tal dinámica pueda concretarse. La principal de ellas será sin duda alguna la inevitable necesidad de postular nombres que tengan la experiencia, capacidad y reconocimiento necesarios ante la opinión ciudadana para competir con probabilidades ciertas de éxito.
De no llegar a ser posible tal propósito, no quedaría otra opción democrática y realista, que la de recurrir en forma concertada a promover el voto en blanco como único mecanismo real de confrontar con éxito a los candidatos del Pacto Histórico.
Cambiando de tercio, aunque sin duda tiene alguna relación con el tema, la pérdida de la curul del camaleón de la política, el señor Roy Barreras, seguramente tendrá sus efectos en las elecciones territoriales que se avecinan.
