La terminal de carga del aeropuerto José Mara Córdova de Rionegro estuvo ocupada la tarde del pasado miércoles. Para los envíos finales de temporada a clientes en el exterior, a tiempo para el Día de la Madre, llegaron las camionetas refrigeradas de los negocios floricultores del Oriente Antioqueño
En los invernaderos, donde los tallos fueron cortados y recolectados, limpiados, seleccionados y empacados para iniciar la cadena de frío requerida para transportarlos a las tiendas principalmente en los Estados Unidos, parte del trabajo se había completado en la mañana.
Debido a su gran variedad y alta demanda, esta celebración marca el pico de ventas para los floricultores paisas. Las variedades de flores en la cartera son hortensias, crisantemos, astromelias, dragones y follaje.
Hasta la fecha se han exportado unas 13.000 toneladas de material vegetal, valoradas en US$63 millones, según Marcos Ossa, director de Asocolflores en Antioquia. “De cada tres flores que se venden en Estados Unidos, dos vienen de Colombia”, agregó.
Si bien la siembra de flores para honrar a las madres comenzó hace 13 semanas, las horas previas al despacho son tan cruciales como los cuidados que se deben tener en las tareas de riego o control de plagas, así como en las condiciones ambientales relacionadas con la temperatura y la luz.
En el laboratorio de inspección agrícola del ICA, uno de los procesos clave en la terminal de carga, el personal a cargo debe certificar que las flores cumplan con los requisitos de los países de destino. Para evitar el envío de babosas, raíces de plantas, tierra o incluso insectos o sus huevos, al menos el 10% del envío se inspecciona aleatoriamente.
“Importantes hallazgos tras las revisiones impiden la emisión de las certificaciones y dan como resultado el rechazo de las flores. Es algo que ocurre mucho. Las autoridades sanitarias de países como Chile, Uruguay, El Salvador y Panamá se caracterizan por ser extremadamente exigentes Por ejemplo, en Australia, a una empresa que viola las reglas tres veces se le prohíbe volver a recibir productos, se le suspende y se le exige que comience de nuevo el proceso de certificación.
El siguiente paso para exportar debe presentarse ante la autoridad fiscal y aduanera, o Dian, una vez que la documentación fitosanitaria esté en regla. Además de presentar una solicitud para el envío o despacho de mercancías, también se requiere información sobre la ubicación del envío en el aeropuerto. Según el funcionario, solo el 5% de toda la oficina está sujeta a inspección.
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El proceso se realiza en el José Mara Córdova con el apoyo de la Policía Antinarcóticos y los escáneres de las líneas aéreas de carga. Ante la falta de constataciones, la Dian deja constancia de que el envío cumple con las y las cajas de flores se envían a la cámara de paletizado, que tiene un rango de temperatura de 2 a 8 grados.
Verificar los planes de vuelo, contar y pesar la carga son tareas que están dentro del ámbito del personal de la aerolínea allí. También disponen y colocan las cajas según las características de la aeronave, por lo que algunas pilas, como las que van en el medio del barco, pueden ser más altas que las que van en los costados o bodegas más bajas. En todos los casos, se sujetan con una malla para que no se deshagan durante el trayecto.
Según Tito Zuluaga, gerente de Operaciones de Avianca Cargo, entre el miércoles y el jueves su personal envió 4 vuelos a Miami con 15.000 cajas o 300 toneladas de flores.
