Por: Amadeo González Triviño
No quiero pasar de pesimista y estar lamentando a diario esta triste realidad que nos acosa y nos persigue, pero como era de esperarse en un epicentro cultural “empobrecido” por la mentalidad retardataria de nuestros gobernantes, que se propaga en forma alarmante entre la población, para reinar entre la mediocridad y el abandono, el creador de este proyecto espectacular y único en nuestra región, siente que está viviendo en carne propia una situación que se suma a una etapa de frustración y desengaño, por la forma en la que ha encontrado esa respuesta y esa ausencia total del apoyo de las instituciones administrativas locales, empresariales y sobre todo de la población en general.
Un proyecto de aplaudir, de reconocer y valorar la importancia del mismo en nuestra población, gestada por uno de sus hijos: DANIEL BERNAL, un cineasta que lucha contra los molinos de la ausencia y se enfrenta por hacer posible lo imposible, siente en este momento el peso de un evento que como todos sabemos, solo importa a un puñado de personas, en tanto que la población universitaria, que pueda existir, al igual que las instituciones educativas, y alguna entidad cultural del municipio, y la ciudadanía en general, están de espaldas a la realidad, y sobre todo, al apoyo al menos con su presencia en estos eventos, y están así, por cuanto de por medio, no tienen ideas y proyectos que ameriten volver los ojos al ciudadano o generar espacios para las ideas y para desarrollar el pensamiento.
Quienes hemos luchado por generar una voz y una presencia en ese sustrato espiritual de los garzoneños, sabemos lo duro y difícil de este emprendimiento, y alentamos con nuestro sentimiento de solidaridad al gestor DANIEL BERNAL, para que no desfallezca en este empeño y que por el contrario, unamos esfuerzos para seguir adelante contra viento y marea, que afortunadamente, la administración municipal con sus funcionarios, son transitorios y muy pronto debe llegar en un tiempo no muy lejano, personas honestas comprometidas con los procesos sociales, humanos, culturales y vivenciales que rescaten a las comunidades de la modorra y del estancamiento económico y gremial que vivimos, al igual que ese desapego cultural al que han sido llevados por falsas creencias religiosas, políticas y de castración mental, como las que hoy regentan nuestras instituciones y nuestra sociedad.
El proyecto de nuestro amigo DANIEL BERNAL, ha sido coherente en expresar que lo que se busca es posicionar el mapa cultural cinematográfico en el centro del departamento del Huila, porque se sabe y se tiene conocimiento de que en medio de todo, en este bosque de seres contradictorios y de mentes confusas y evasivas, hay gente que tiene talento, que necesita saber desplegar y encontrar un espacio dónde dar a conocer ese mundo que sueña, esas esperanzas que llevan dentro de sus almas y necesitan expresar y dar a conocer para apoyar al otro, a los otros, a la comunidad en general. Hay en esta región talento y capacidades para los artistas, pero no dentro del pueblo, y por eso, todos los que quieran salir adelante, deben emigrar y buscar otro destino, por hacer posible su realidad. Aquí chocamos los unos contra los otros, como si fueran nuestros propios enemigos. Una realidad que se acrecienta y duele.
No podemos desconocer, a decir de Daniel Bernal, que es urgente el apoyo a la cultura cinematográfica, por cuanto ella representa el patrimonio audiovisual que a través de las cámaras cuenta tradiciones, culturas, historias, leyendas y conciben la forma de transmitir y dar a conocer esa crónica permanente de la realidad y del mundo que se ha de ver reflejada en la pantalla, para hacernos despertar y reclamar y defender y sostener que nuestros derechos y la esencia de la vida está por encima de todo y de todos.
Como los agoreros del destino, no dejamos de esperar que llegue un día, donde “ser el cambio”, no sea una forma de perpetuar el anquilosamiento cultural que hemos vivido y la corrupción en todas sus manifestaciones empezando con el abandono de sus gentes.