Por: Juan Carlos Ramón Rueda
Cerca de tres millones y medio de personas se inscribieron al curso The Science of Well-Being (La Ciencia del Bienestar), ofrecido por la Universidad de Yale en EEUU a través de la plataforma de educación virtual Coursera. La disparada en las inscripciones y el impresionante aumento de visitantes en búsqueda de información acerca del curso, ha sido relacionada por los especialistas, con la necesidad de la gente de atender su salud mental en época Covid.
Recibimos información permanentemente sobre cómo prevenir daños en la salud física; se nos dice que debemos mantener el distanciamiento, lavarnos las manos y usar tapabocas. Lo que no se nos dice mucho, es que debemos cuidar nuestro sueño, reflexionar a diario sobre las cosas gratas que nos da la vida y ser bondadosos.
Indagué sobre la clase que en la Universidad de Yale es dictada por la profesora de psicología Laurie Santos y de la cual se hizo la adaptación para el curso en Coursera; y encontré que la novedad es que, en las diez semanas de duración, se plantean una serie de desafíos y consejos prácticos para encontrar la felicidad. Por ejemplo, dormir bien es clave para ser felices y mantener un buen estado de ánimo, aunado a la idea de encontrar razones para sentir gratitud en la vida y escribirlas cada noche antes de ir a dormir en un “diario de la gratitud”. La idea es acostarnos a dormir precisamente teniendo frescas las razones por las cuales debemos sentirnos bien con nosotros mismos y con las personas o cosas que nos aportan bienestar. Con el tiempo, seguramente esta práctica de razonar sobre lo que nos es grato, va a estar presente en cada momento y de esta manera encontraremos en nuestro entorno, aportes emocionales a nuestro bienestar psicológico. Otro componente que resaltan algunos, es la idea de actuar bien y ser bondadosos. Los estudios reflejan que se siente una felicidad más duradera cuando damos a alguien algo, que le sea significativo e importante. Ese “gusto” nos dura meses y quizá años.
Los consejos del curso son variados y prácticos, pero a miles de personas en el mundo les han resultado reales y funcionan. A mí se me parecen a los consejos que nos daba mi abuela Elisa, quien junto al abuelo Edolio, nos decía, “mijitos, duerman bien, denle gracias a Dios por lo recibido y cada vez que puedan, compartan parte de lo que les dé la vida…”. Así que duerman tranquilos y sean felices.