Estudiantes y docentes de la Institución Educativa Técnico IPC desarrollan importante proyecto que busca contribuir con la sensibilización frente al cuidado y protección de las abejas.
DIARIO DEL HUILA, NEIVA
Por: Angélica Tatiana Andrade Quimbaya
Abejas Ipeceistas es un proyecto que surgió a mediados del año 2017 debido a que en la Institución Educativa Técnico IPC ´Andrés Rosa´, ubicado en el barrio Los Parques de la comuna 8 de Neiva, yace en una zona especial y llamativa para dicho tipo de antófilos toda vez que, con frecuencia, llegaban a las instalaciones para afectar a la comunidad estudiantil que desconocía la forma adecuada de convivir con ellas sin que se sufrieran incidentes para las partes.
Al respecto, el docente del área de ciencias naturales de la Institución Educativa Técnico IPC ´Andrés Rosa´, Darío Fernando Falla Cuéllar, mencionó que: “Lo que hacíamos era igual a lo que decide la mayoría de las personas, llamar a los bomberos porque esto se convertía en ´un problema´ por las picaduras, muchos ataques y esto podría generar varios inconvenientes. Debido a esto, en una convocatoria del programa Ondas, los estudiantes deciden desarrollar un proyecto de investigación a partir de la pregunta ´¿cuáles son los tipos de abejas que llegan a la institución?´ y es así como desde el año 2017 empezamos con este proceso”.
Con la pregunta inicial que permitiría reconocer los tipos de abejas que llegaban a la institución, docentes de ciencias naturales y estudiantes avanzaron en la construcción y puesta en marcha del proyecto que arrojó como resultado que en las instalaciones hay cinco tipos de antófilos sin aguijón, las populares abejas angelitas, y otra especie de abeja con aguijón que es la comúnmente denominada ´abeja africanizada´ que por condiciones ambientales siempre hacen una estadía en el colegio de aproximadamente dos o cuatro meses.
“Dadas las circunstancias de los resultados de la investigación inicial, los muchachos dijeron ´ahora debemos saber qué es lo que tenemos que hacer para mantenerlas o aprender a convivir con ellas´ y así surge el proyecto macro al que denominamos Abejas Ipeceístas en el año 2018. Durante esta época nos capacitamos un poco en cómo atenderlas, nosotros nos centramos en las abejas sin aguijón entendiendo que es más fácil poder manipularlas y sobre las abejas con aguijón aprendimos a convivir con ellas, a darles sus espacios, a respetarles, a no pasar de manera brusca por su lado, ya que, como nosotros les explicamos a los estudiantes, las abejas no te pican porque quieren, ellas saben que si pican se tienen que morir porque al momento de picar, su aguijón está conectado a muchos de sus sistemas vitales, este queda incrustado en la piel y todos estos sistemas vitales se afectan, una abeja sabe que si pica genera un ejercicio de sacrificio ya que están defendiendo su área, así que aprendimos a guardarles sus espacios, incluso, durante el año 2019 alcanzamos a generar una tercera fase sobre las especies de plantas que las abejas preferían en primera escala para vivir acá en el colegio”, narró el profesor Darío.
Apiarios
A partir de la tercera fase del proyecto de investigación en la que se ahondó en identificar las especies de plantas que las abejas preferían en ese espacio, la comunidad educativa inició las acciones pertinentes para transformar el jardín del colegio, buscando y sembrando las plantas que fueran de su agrado y así poder mantenerlas satisfactoriamente, lo que los llevó al montaje de un pequeño apiario con tres camas vivas de abejas que empezaron a cuidar.
“El avance del proyecto se entorpeció cuando llegó pandemia porque tuvimos dejar la institución, haciendo que no tuviéramos la posibilidad de movernos durante los primeros meses y eso hizo que el jardín se perdiera y muchos espacios empezaran a verse ´abandonados´ y las abejas también debieron sentir la soledad o ver que no tenían los suficientes recursos empezaron a emigrar. Así pasaron los años de pandemia, cuando regresamos, las abejas angelitas no estaban en sus camas, lastimosamente este fue un proyecto muy bonito que se vio afectado, pero nos encontramos con que teníamos un segundo bloque de abejas con aguijón en el colegio y este nos preocupó porque estaba ubicado a la entrada de uno de los salones y se convertía en un riesgo un poco más constante que fue necesario empezar a trabajar con los muchachos y la comunidad para generar pedagogía”, manifestó el docente.
En coherencia, el docente mencionó que han tratado de trasladarlas, pero las abejas regresan tras a ser reubicadas: “En este momento seguimos desarrollando un proceso pedagógico sobre la convivencia de las abejas porque no se van, para algunas personas ha sido muy complicado comprender y lo digo así puesto que en términos biológicos, somos nosotros los que estamos invadiendo el espacio y deberíamos sentirnos afortunados porque ellas perciben el respaldo y salvaguardadas en el colegio, en caso de estar en otros sitios lo más probable es que ya las hubieran quemado y lo que en ocasiones la gente no entiende es el significado biológico que tienen, por ejemplo producir un kilogramo de abejas implica un recorrido gigantesco entre colmenas, según los datos estadísticos que se tienen, la producción de un kilogramo de miel equivale a darle la vuelta a todo el planeta más o menos 400 veces en términos de vuelo para ellas y eso es un trabajo enorme, un kilogramo de miel es la visita a muchísimas flores y en ese mismo proceso reconocer que una visita a cada flor implica un proceso de polinización que en últimas favorece es a la humanidad porque es lo que nos da el alimento”, aclaró Falla Cuéllar.
Cabe resaltar que actualmente hay dos panales de abejas africanizadas, uno de ellos se encuentra en el área denominada El Bosque, alejado de los estudiantes. Es la zona del colegio aislada donde el ingreso es restringido y el otro está a la entrada del primer piso, sobre el bloque administrativo, razón por la cual las campañas dirigidas a los visitantes son reiterativas para evitar incidentes por picaduras.
“Teníamos tres camas de abejitas sin aguijón, pero con la pandemia ellas se reubicaron y ahora están distribuidas a lo largo del colegio y esto sumado a la falta de recursos ha limitado un poco el proceso de cultivos y de crianza para el cual se requiere que ellas estén en las camas dado que los sitios donde están en la actualidad resultan complejos para poder manipularlas y tampoco contamos con los elementos necesarios para generar los atrayentes para volver a restaurar las casas de las abejas. La financiación del proyecto en esas tres fases iniciales ha sido gracias a las alianzas, entre esas Coapi y la Asociación de Apicultores del Huila que nos ofreció las capacitaciones a un precio viable en comparación con otras organizaciones, ellos nos hicieron el acompañamiento de lleno manifestando que estaban muy contentos al ser la primera vez que un colegio les estaba dando la oportunidad de formar a los estudiantes en lugar de destruir estamos educando para contribuir en el medio ambiente”, expresó el docente.
Reconocimientos
Otro de los logros más importante, además de alcanzar el respeto y convivencia hacia las abejas, fue el obtenido tras la postulación a una de las convocatorias del programa Experiencias Significativas de la Secretaría de Educación que les permitió la recepción de recursos de aproximadamente tres millones de pesos, dinero que facilitó el desarrollo de las primeras fases, toda vez que les permitió adquirir los atrayentes, la madera para la construcción de las casitas de las abejas y demás elementos para la producción de miel.
“Nosotros alcanzamos a sacar una cosecha pequeña de miel de tres envases de 200 gramos cada uno, esta fue una cosecha bonita porque era la que se había generado dentro de la institución en menos de un año y la meta era continuar con el ejercicio de extracción de miel para que desde ahí se garantizaran los recursos para el sostenimiento del proyecto, pero la pandemia afectó todo. Sin embargo, nosotros tratamos, con lo que podemos, garantizar los espacios verdes de las abejas, seguimos manteniendo las recomendaciones y siempre les recordamos a los estudiantes la importancia de aprender a convivir con ellas, de todas formas gracias a todo el trabajo pedagógico los demás estudiantes han aprendido que nosotros estamos y nos alimentamos gracias a las abejitas, así que van entendiendo la pertinencia de respetarlas e inician en una etapa que les permite ser más responsables a tal mundo de empezar a defenderlas. Cuando llegan a esta sede niños muy pequeñitos y tratan de lastimar a alguna abeja porque la confunde con una mosca, los estudiantes les explican y les dicen ´esta es una abejita que está tomándose la miel´, esto es algo muy bonito porque ellos también se vuelven transformadores, aquel estudiante de secundaria empieza a convertirse en un transformador en la vida de los pequeñitos a través de una acción muy simple que hace parte del ejercicio pedagógico, en los lenguajes de ellos y esto hace que todo sea más fácil de poder entender”, dijo Darío.
De igual manera, el docente reiteró que a través del desarrollo del proyecto están generando gran impacto a nivel ambiental, pero también social muy valioso, puesto que para nadie es un secreto que la comuna ocho es estigmatizada que usualmente es generadora de noticias judiciales, sin embargo, hay grandes acciones que contribuyen significativamente con la construcción de región.
“La gente dice el IPC y tal vez exista un imaginario negativo de la institución y a veces eso duelo, cada vez que salimos a un escenario y escuchamos esas críticas destructivas difieren de la realidad, sabemos que la situación al exterior del colegio puede ser así de fuerte, sin embargo, es curioso que dentro de las instalaciones muchas de esas dificultades no se presentan. Cada vez que tenemos la oportunidad de presentarnos a diferentes convocatorias con los proyectos institucional hemos trazado un componente social que involucra transformar ese imaginario que se tiene del IPC, tenemos niños y niñas maravillosos, comprometidos, estudiantes con mucho talento que son capaces de sacrificar fines de semana para estar en un proyecto como este, muchachos que sin importar la hora en la que tengan que salir continúan avanzando en los análisis para la investigación y esto es algo muy grato, de paso, hay padres de familia que se involucran y apoyan este tipo de iniciativas, son ellos los que realmente permiten que la institución educativa progrese”, argumentó Darío.
Finalmente, la comunidad educativa le comentó a Diario del Huila que durante el año 2018 el Técnico IPC ´Andrés Rosa´ fue la única institución pública que obtuvo reconocimiento, frente a más de 300 organizaciones que se postularon a la convocatoria Programa 2020 de El Espectador.
“También logramos que a través de Ondas tuviéramos la oportunidad de presentar el proyecto en encuentros con otras instituciones muy fuerte en temas de investigación y esto nos ha permitido ahondar en otros proyectos con los que estamos respondiendo a las necesidades planteadas a partir de Abejas Ipeceístas, realmente es importante resaltar el apoyo institucional, esto es producto del trabajo en equipo de todo un grupo de maestros como Luz Adriana Cruz y María Atencia que han estado muy comprometidas, la administración del colegio porque muchas de estas iniciativas no podrían lograrse sin el apoyo de la coordinación o la rectoría”, concluyó el docente.