Chocolate Maná es la unidad productiva con la que la familia Trujillo Tapa espera impactar el mercado local y regional.
DIARIO DEL HUILA, NEIVA
Por: Angélica Andrade Quimbaya
Desde hace siete años, los huilenses Eliécer Trujillo y María Derly Tapa decidieron emprender en una unidad productiva que les permitiera no solo solventar lo requerido para su sustento económico, sino demostrarle al mundo que las limitaciones son mentales y que el poder de surgir, salir adelante y alcanzar todos los propósitos establecidos es la opción que depende de cada persona, pues él y su esposa tienen discapacidad visual, asunto que, contrario a lo que algunos les han manifestado, les ha servido como aliciente adicional para cumplir sus metas.
Trabajar con el cacao es una actividad con la que Eliécer inició desde hace más de 20 años, pues él alcanzó a estudiar siete semestres de derecho, pero debido a las circunstancias asociadas a la falta de presupuesto, tuvo que dejar de formarse a nivel profesional y optar por emprender.
“Yo vengo trabajando con chocolate hace aproximadamente 25 años y con Chocolate Maná completamos siete años, nosotros iniciamos con un molino de manubrio e iniciamos a producir pequeñas cantidades, nos encargábamos de producir pocas libras para probar la gestación de lo que íbamos a continuar como negocio, para cerciorarnos de que era algo que se podía hacer y ya con el tiempo aumentamos la cantidad, nos conseguimos un molino eléctrico y trabajamos de una manera menos artesanal y más tecnificada. Actualmente, a pesar de que nos faltan algunas maquinarias, tenemos un tostador que funciona a gas y con electricidad, antes usábamos una paila, ya no bregamos tanto para hacer el proceso de transformación”, narró Trujillo.
Chocolates Maná
Sobre el nombre del emprendimiento, Eliécer Trujillo mencionó que surgió por su vocación, fe y profunda creencia en lo consignado en las escrituras bíblicas, toda vez que el proceso sería similar a lo que ocurrió en la historia acerca del maná que era el alimento enviado por la Autoridad a los israelitas en el transcurso de la travesía por el desierto que tardó aproximadamente 40 años.
“Nosotros somos dos personas a las que les gusta mucho estudiar las escrituras bíblicas y le pusimos Chocolate Maná porque era el nombre de una especie de pan, de una sustancia que Dios les enviaba a las personas en esa época para que las personas comieran y por eso nos pareció bonito y apropiado utilizar ese nombre porque era algo que nosotros iniciamos con mucha fe, esfuerzo y superación de las adversidades, parecido a lo que ocurrió con el maná que se enviaba del cielo para alimentar a los creyentes que necesitaban llegar a otro territorio para habitarla”, agregó Eliécer Trujillo.
En cuanto al insumo base, el emprendedor indicó que es adquirido de fincas cacaoteras ubicadas en los municipios de Rivera y Teruel, garantizando que sea producido sin la utilización de agroquímicos que puedan afectar la calidad y características organolépticas del comestible, además de apoyar a otros emprendimientos que, al igual que Chocolates Maná, se esfuerzan por continuar en medio de las dificultades propias de la puesta en marcha de un proyecto productivo y la indiferencia de la institucionalidad.
“Nosotros compramos en Rivera y ahora en Teruel porque buscamos los sitios donde menos utilicen abonos químicos para tratar de hacerlo orgánico y no cualquier cacao nos sirve, así que se nos dificulta un poco poder encontrar uno que sea apto. Algo adicional es que nosotros solo trabajamos con productores y cultivos del departamento del Huila, no de otros lugares, y en el momento solo estamos trabajando en la transformación y comercialización de chocolate de mesa, es un chocolate amargo al que no le agregamos azúcar porque sabemos el alto índice de diabetes en las personas y preferimos hacerlo así para que quien lo adquiera lo endulce con el producto que prefiera y en las cantidades que lo requiera, por ejemplo, hay quienes utilizan estevia o esplenda y nosotros facilitamos esto dejando el chocolate sin ningún endulzante”, aseveró Trujillo.
Acerca de los canales de distribución, Trujillo mencionó que lo hacen a través de páginas de internet, ferias comerciales y recomendaciones de clientes, amigos y conocidos que conocen el producto y deciden apoyar mediante el voz a voz.
“Vendemos por medio de los amigos que lo prueban y lo recomiendan a otras personas, comentan que nuestro producto es bueno y así incitan a que también nos compren y en la participación que hacemos en las ferias que organizan la gobernación o la alcaldía. Todo esto nos sirve a nosotros como plataforma para vender nuestro producto.
Retos
Entre los retos que ha tenido la familia Trujillo y, por ende, Chocolates Maná, está la falta de presupuesto para invertir en los elementos, la tecnología y la apertura en nuevos espacios o canales de comercialización, toda vez que consideran que los recursos públicos se asignan por influencias y no por mérito, logrando lo que han alcanzado hasta el momento a través de gestiones propias que tienen que ver con la calidad en la elaboración del producto y los ingredientes que utilizan.
“El principal desafío ha sido la economía, nosotros somos una pareja con discapacidad visual y el dinero semilla que el gobierno tiene para los emprendimientos es amarrado para entregárselo a las personas allegadas y para nosotros no ha habido una ayuda real para poder crecer como empresa, sin embargo, la aceptación ha sido muy buena porque a la gente le gusta mucho cuando lo prueba, nosotros tratamos de hacer un producto de altísima calidad, sin químicos y que solo contiene lo que dice en las etiquetas, en estos sellos nosotros ponemos lo que verdaderamente lleva el chocolate, no le adicionamos nada de químicos o de sustancias que puedan afectar el organismo, sino que brindamos un chocolate de buena calidad al que solo le agregamos especias como canela, clavos y nuez moscada que compramos entero para molerlo junto al cacao, sin ponerle ni siquiera saborizantes químicos”, señaló Trujillo.
Sumado a lo anterior, Trujillo confesó que la discapacidad visual de su esposa es producto de un accidente y el caso de él es por causas congénitas, puesto que la progenitora tenía retinosis: “Para nosotros la discapacidad no ha sido ningún impedimento, yo pienso que todo está en la mente, cuando uno quiere salir adelante uno lo logra y acá hemos logrado la aceptación de las personas, aunque todavía falta que Neiva le compre a Neiva, que el Huila le compre al Huila, que nosotros no nos casemos con los productos ya tradicionales porque no son de nuestra tierra. Cuando nos concienticemos y tengamos un sentido de pertenencia de lo nuestro, de lo propio, las empresas y la industria del departamento va a crecer a pasos agigantados, por ahora, apenas estamos empezando, pero yo pienso que todo es empezar y para lo demás toca esperar, nuestros hijos también saben lo difícil que es emprender, la pandemia nos afectó demasiado y por eso estamos nuevamente emprendiendo, de todas maneras, yo sé que con la ayuda del pueblo, de nuestros paisanos, de la gente que sabe lo difícil que es empezar un negocio, lo vamos a lograr y para esto los medios de comunicación como Diario del Huila juegan un rol importante ya que nos permite salir del anonimato”, dijo Eliécer Trujillo.
De la familia liderada por Eliécer Trujillo y su actual esposa hace parte una joven que, con su pareja, también están tratando de salir adelante con el emprendimiento, quienes en conjunto mantienen firme la convicción de salir adelante que es la opción que las poblaciones tienen.
“Hoy en día para que uno tenga algo es difícil pero no imposible, el gobierno habla de algo incluyente y eso se queda muchas veces en el papel porque la mayoría de las empresas no quieren emplear personas con discapacidad en sus lugares, ya que temen que a uno le pueda pasar algo, no creen que podamos hacer las cosas o contar con las habilidades y aptitudes para poder desempeñarse, así que le toca a uno emprender para demostrarle a los demás que sí podemos. Yo pienso que todas las personas tenemos capacidades para hacer las cosas y si hemos podido nosotros a quienes nos falta algo tan vital como la vista, todos los demás también pueden, hay muchas cosas para emprender, hay muchas cosas para hacer, hay muchas maneras de aprender a hacer las cosas y así lograr ingresar a otros mercados, a la gente de otras regiones les gusta mucho lo que se hace acá en gastronomía y artesanía, todo el mundo puede y si uno mentalmente se graba aspectos negativos eso bloquea todo”, concluyó Eliécer Trujillo. Finalmente, es de destacar que Eliécer Trujillo también tiene habilidades artísticas y se declara un canta autor que nunca tuvo la oportunidad de llegar a una disquera para grabar su álbum musical a pesar de que era su sueño, situación que se convirtió en parte de las decepciones que han marcado su vida, pero también lo fortalecieron para crear Chocolate Maná.