Por: Carlos Tobar
La economía va bien, pero quiero que vaya mejor. En el frente del comercio exterior es clave que reduzcamos importaciones de combustibles, especialmente, gasolina. Eso depende de usted, hagamos esfuerzos por consumir menos gasolina en nuestra vida cotidiana.
Gustavo Petro, Presidente de Colombia
“Las políticas de reducción del consumo de energía son muy difíciles; no quiero minimizar eso. Pedir a los ciudadanos que usen menos energía es la política del sacrificio personal, y la conclusión que sacaron los políticos occidentales de la década de 1970 es que esto es políticamente inviable.”
Helen Thompson, profesora de Economía Política, Universidad de Cambridge.
Claramente el sector eléctrico y las empresas de servicios públicos ameritan una revisión en sus roles y sus funciones, pero es menester, hasta que eso no ocurra, que haya vigilancia y control de cara a los consumidores. Los colombianos no conocen a fondo cómo funciona el sistema interconectado, ni cómo se forman los precios, y en esos roles y funciones, hay mucho por hacer y por actualizar, pues las amenazas de apagón solo conducen al caos.
Editorial del periódico La República 18 de agosto de 2023
He tomado las tres citas anteriores para destacar la gran confusión que existe en el sector de energía del país. No es solo el consumo de gasolina importada a precios internacionales que ante el encarecimiento de un insumo básico para el transporte, lleva al presidente, con cierto tono de desesperación a pedir que voluntariamente los colombianos dejemos de consumirlo.
Una política que una destacada profesora nos recuerda como una intentona fracasada de los políticos occidentales en el pasado. Inviable porque el presunto ahorro se haría sobre la perspectiva de no hacer tareas como la movilización de mercancías o personas que, es para lo que se utilizan los combustibles. O paralizar industrias, así sea por horas. Un verdadero sin sentido.
O, un editorial reciente de uno de los periódicos económicos más importantes del país que, critica con razón las amenazas de aumento de las tarifas del servicio de energía eléctrica, haya lluvia o haya sequía, lo que mostraría la debilidad de un sistema apoyado mayoritariamente en la generación hidráulica, a más de unas normas regulatorias tan intrincadas e imposibles de entender que, parecieran estar diseñadas para ocultar privilegios monopólicos.
El sector de la energía es vital para el funcionamiento de la sociedad moderna. No es un juego de niños, no se puede improvisar porque está poniendo en riesgo a la sociedad toda.
Recordemos el apagón sufrido por el país a comienzos de la década de los noventa del siglo pasado que tantos sufrimientos produjo en la población y, que, significó un atraso significativo en el desarrollo nacional.
Estos textos que traigo a colación son para llamar a reflexión a los ciudadanos usuarios del sistema, porque o por precios o por escasez, desafortunadamente, pareciera que vamos a estar amenazados en el futuro inmediato.