Por: José Eliseo Baicué Peña
El próximo lunes 26 de junio el fútbol colombiano cumplirá 75 años de actividades profesionales. Una celebración que, lastimosamente, se verá empañada por los brotes y escenas de violencia que vienen sacudiendo a este hermoso deporte desde hace ya varios años.
La noche del viernes anterior fue asesinado un hincha de millonarios luego de una disputa en un bar. Revueltas ocasionaron varios heridos en los estadios del país. Alrededor de los estadios se produjeron enfrentamientos entre aficionados y la policía dejando como resultado varios heridos y de consideración. Todas estas son algunas de las noticias que periódicamente irrumpen en la cotidianidad de los colombianos y del mundo.
Analizar qué está pasando, cuáles son las principales causas, qué hacen los gobiernos, qué propone el congreso, qué dicen las directivas del fútbol y qué argumentan o dejan de hacer los padres de familia e hinchas, son algunos de los interrogantes que es preciso responder y analizar para proponer alternativas de solución. Algunas preventivas, otras correctivas.
Estudios realizados dentro y fuera del país sostienen que el fervor que transmiten los hinchas apasionados es una forma manifiesta de expresar inconformidades con el sistema político y económico de su entorno. Es posible que sí, o que no. También es viable que haya algo de las dos. Lo cierto es que se ha vuelto incontrolable por parte de la policía guardar el orden en algunas manifestaciones y revueltas generadas por el fútbol.
Todos debemos contribuir a que este tipo de acciones disminuyan, por lo menos.
Que en la final del rentado nacional que se llevará a cabo este sábado 24 de junio entre Millonarios y Nacional sea una ocasión especial para demostrar ciudadanía y buen comportamiento dentro y fuera de los estadios.
Que no haya violencia física ni verbal. Que disfrutemos todos del mejor espectáculo del mundo, como lo llamaba el gran maestro y padre del periodismo deportivo, Carlos Arturo Rueda C.
Mientras escribía estas líneas se socializaba la posibilidad de que el partido se pueda apreciar en pantallas gigantes distribuidas en la ciudad de Bogotá (no sé si en otras ciudades también). Un hecho, en mi opinión, muy sano, puesto que muchos podrían ver este encuentro desde las calles. Muchos, que no pueden ingresar a un estadio o no pueden mirarlo en sus hogares.
Qué viva el fútbol. Pero, que se preserve la vida. Es el valor jurídico más valioso.
