A pesar de los esfuerzos de la administración municipal para garantizar que todos los espectáculos que se tienen previsto desarrollar en estas festividades sampedrinas, el desfile de las candidatas al reinado popular, se desbordó la irracionalidad de algunos asistentes, que no atendieron el llamado de las autoridades para que no se utilizara la denominada espuma. Ni las reinas que desfilaban y los grupos folclóricos no se salvaron de estos comportamientos ciudadanos detestables. Ya lo habíamos advertido desde esta tribuna de opinión. Con la llegada de las fiestas sampedrinas los asistentes a los desfiles que en otrora han sido sometidos al comportamiento irracional de algunas personas, porque utilizan algunos artefactos con espuma que son regados en los propios rostros de los espectadores, que generan incomodidad y rechazo de éstos, lo cual obligó a la administración municipal de Neiva, a prohibir estos actos desagradables. Igualmente, se prohibió la música foránea a las festividades durante los desfiles. Pero se siguieron escuchando melodías alusivas a nuestras tradiciones folclóricas, pero también iban combinadas con música de otras regiones.
El llamado es que se deben respetar las decisiones adoptadas por el alcalde Gorky Muñoz Calderón. Debemos volver a recuperar las verdaderas fiestas sampedrinas, que enaltecieron los valores culturales de nuestros ancestros. Vemos con mucha satisfacción estas decisiones oficiales adoptadas. Debemos volver a recuperar las verdaderas fiestas sampedrinas, que enaltecieron los valores culturales de nuestros ancestros. Paralelo a ello, es indispensable que todas familias que asisten a estos actos procuren no botar las basuras a las calles. Es cierto que una vez terminan los eventos folclóricos, mediante un plan de contingencia estructurado por las Ceibas Empresas Públicas de Neiva, en coordinación con la empresa contratista, empiezan a recoger todos los desechos orgánicos e inorgánicos que quedan a lo largo y ancho de las vías por donde se desarrollan éstos. Desafortunadamente desbordan la capacidad de respuesta de los recogedores. Los negocios y establecimientos comerciales empiezan a sacar y botar las basuras en los horarios no establecidos para tal fin.
Lo anterior está generando un ambiente nada favorable, porque se está deteriorando el paisaje urbano de la capital del departamento del Huila. Cada uno de nosotros, debemos contribuir con nuestra actitud de no arrojar estas basuras a la calle. Debemos ser buenos ciudadanos. Debemos dar ejemplo a los visitantes que por estos días participan de las festividades sampedrinas. Infortunadamente, no pareciera ser nuestro caso. Por el contrario, el grado de indiferencia y maltrato hacia la ciudad es evidente. Las imágenes que se difunden hacia el entorno a través de las redes sociales y medios de comunicación son costosas, por la incultura ciudadana que se presenta, provocado por el mal comportamiento de sus habitantes.