En diálogo con este medio de comunicación, Carlos Alberto Vernaza Roa, carrocero desde hace 23 años para las Fiestas del San Pedro, en todo el Huila, es necesario que estos tradicionales vehículos se modernicen, aun manteniendo los elementos tradicionales de las festividades.
Diario del Huila, Así va el festival
Por: Gloria Camargo
Ver a las reinas llegar en el vuelo real, como era conocido el arribo de las candidatas a la corona del Reinado Nacional del Bambuco, fue el motor por el cual desde hace más de 23 años, Carlos Alberto Vernaza Roa, lidera a pulso y con sus manos, una de las actividades irónicamente más vistosas pero al tiempo ocultas: la elaboración de las carrozas que engalanan los desfiles del San Pedro.
En diálogo con el Diario del Huila, este maestro artesano de 67 años, recuerda que desde pequeño, “miraba los desfiles y acompañaba a algunas reinas. Me fascinaba cuando llegaban en el avión”, y por ello le tomó amor a ser partícipe y llenar de color las calles del festival.
No obstante, señala que “lastimosamente se perdió ese sentir de cuando llegaban las reinas nacionales al Aeropuerto Benito salas. Nosotros íbamos allá para verlas, aunque claro que inicialmente fue en el tren de la alegría”, explica.
Por lo cual señala que desde ya viene trabajando en un proyecto para rescatar esta iniciativa turística, donde se haga el recorrido por buen parte del departamento.
Romper el cascarón
Vernaza indica que si bien las carrozas, su gracia y belleza son destacadas a nivel nacional, hay un reto enorme y que consiste en “realzar la cultura de aquí, de nosotros, porque a veces algunos dicen que no nos alcanza y que estamos metidos en lo mismo y que no aspiramos a hacer algo más espectacular”.
Por eso señaló que para la cultura del departamento la propuesta que ronda voz a voz, sobre la construcción de un bambucódromo con una pista de 2 km, con tarima para que la gente pueda y disfrute, y donde las carrozas tenga el tamaño que quieran, sería un gran impulso.
“Esto nos serviría para mejorar porque estamos quedando atrasados. Sí, tiene que ser típico pero ya tenemos que empezar también a globalizarnos, empezar a mostrar otras cosas. No quedarnos con la misma utopía de siempre, como si tuviéramos en un problema de ser mejores”, reiteró.
Sus orígenes
Según él mismo relata, de pequeño veía al señor Roberto Perdomo, quien vivía cerca de la calle 13 en barrio de Mártires, organizar las primeras carrozas.
“Ahí hacían unas filas de puras zorras, entre 10, 15 o 20 zorras para las reinas y las engalanaban con papel crepé. Una cosa muy sencilla y primípara, muy artesanal, escasa y económica. Desde ahí fui teniendo esa idea de hacer carrozas”.
Y es que esta tradición de trabajar y embellecer las cosas con las manos viene de familia. “Mi abuelo fue carpintero y hemos tenido ese don y esa destreza de trabajar y diseñar, entonces también diseño y trabajo en ornamentación, además de las forjas artísticas, pero no la ejerzo porque aquí la gente no valora lo que vale”.
Las nuevas propuestas
El artesano también indica que si bien, mucho de estas carrozas no han cambiado, este es un tiempo preciso para avanzar hacia la modernidad sosteniendo la cultura.
“Se necesita un relevo artístico, que las carrozas sean espectaculares, no cuadriculadas, unas carrozas que sean monumentales, que tengan tridimensionalidad, que por todos lados tengan movimiento, que tengan sonido, que descresten al turista”.
Por lo cual añade que entre los retos principales para ello es poder diseñar estos vehículos con más tiempo y no sobre él, con recursos que les permitan hacerlas más grandes o cambiantes.
“En Pasto por ejemplo para carnavales, las carrozas van en mulas y llevan hasta grúas incluidas para dar movimiento a la figura porque les ha tocado innovar, o como en Hollywood donde hay por ejemplo dinosaurios con movimientos. Allá queremos llegar algún día, y si no soy yo, que lo hagan mis nietos.
Quiero al menos mostrarles el camino mostrarle de que esto se puede y que por eso hay que salir de la comodidad”, puntualizó.
Trabajo en familia
También asegura que los carroceros en el Huila son unos “magos”, pues si bien calcula que una carroza bien hecha puede tomar hasta tres meses para estar completa, “aquí la hacemos en 15 y hasta en ocho días, en buena medida por el tiempo de entrega de los contratos y el giro del anticipo”.
Agrega que “somos unos guerreros, aquí todos se han vuelto magos para hacer carrozas y que sean de buena calidad”, dice.
En su taller, durante el San Pedro, pues también se trabaja para otros eventos y actividades a lo largo del año, se generan 20 trabajos, la mayoría ocupados por sus propios familiares.
“Aquí hace parte mi esposa, mis hijos, primos, tíos, toda la familia y además amigos, gente conocida que viene apoyarnos, a ser aporte integral”.
Con referencia a los materiales utilizados, asegura que se trabaja con hierro, icopor donde tienen además la certificación de recolección de los residuos para no contaminar el medio ambiente, papel maché, papel craft. “Además se usan diferentes bases de pinturas y lacas, y lo complementamos con soportes en hierro, y ya lo demás de pronto que se requiera son flores con tela”, puntualizó.
Así pues, cuando esté disfrutando de un desfile recuerde que estas obras de arte andante, son hechas por manos opitas, que justamente en este año tomaron su inspiración de las obras musicales y literarias que hacen gritar a Colombia ‘¡Péguese la rodadita!’.