Diario del Huila

La metamorfosis con la fiesta

Jul 1, 2023

Diario del Huila Inicio 5 Opinión 5 La metamorfosis con la fiesta

Por: José Eliseo Baicué Peña

Como en todo ritual, la fiesta no la vive una sola persona sino que se distribuyen los roles entre los miembros de la comunidad. En gran medida, las fiestas son una redundancia de la estructura social, una extensión de tradiciones y costumbres culturales propias de una región.  Las fiestas aparecen especialmente localizadas en y como momentos de transición.  Cuando las sociedades cambian, cuando los tiempos se hacen distintos hay fiestas y sigue habiendo fiestas cuando se conmemoran dichos cambios.

Es un complejo contexto donde tienen lugar una intensa interacción social, un conjunto de actividades y de rituales, una profusa transmisión de mensajes y un desempeño de roles peculiares que no se ejerce en ningún otro momento de la vida comunitaria.

La fiesta tiene su propio sistema de poder. Un poder que entra en juego con otros sistemas instituidos. La fiesta propicia un espacio en donde es posible la afirmación, el cuestionamiento, la transgresión o la revocación de los valores que dichas relaciones de poder sustentan.

Por eso, la fiesta permite a ciertas comunidades afirmarse como tales ante un sistema opresor, o puede servir de blanco de otros tipos de poder.  Por ejemplo, algunos críticos afirman que la Revolución Francesa instituyó un nuevo sistema de fiestas que le permitió ganar reconocimiento e institucionalidad.

Umberto Eco dice que la fiesta es un sistema de signos, un fenómeno de comunicación en donde se transmiten significados de diversos tipos que le dan un carácter único o variado, y en los que la práctica festiva, de goce e incluso orgía, se entremezclan con la práctica religiosa o mágica, cumpliendo determinadas finalidades culturales básicas para el conglomerado.

En este sentido, la fiesta del San Pedro en Neiva es un buen ejemplo de esta característica.

Pero, hay una característica común a todas las fiestas: los participantes, los ciudadanos experimentan una transformación sorprendente. Cambian su genio, su vestimenta, su vocabulario, su gastronomía, sus horarios, sus relaciones se vuelven más amables y cordiales, evocan momentos que han marcado sus vidas, interactúan más, y casi todos sus hábitos se ven modificados. Sufren una metamorfosis generada por el jolgorio de la fiesta. 

Y, en esta loca conversión surgen, también, unos cambios en los otros actores de las fiestas. Organizadores, gobierno, empresarios, comerciantes, visitantes y autoridades viven su propia fiesta. Muchas veces sin ningún tipo de control.  

Tal vez te gustaría leer esto

Abrir chat
1
¿Necesitas ayuda?
Hola, bienvenido(a) al Diario del Huila
¿En qué podemos ayudarte?