Mientras que el Gobierno Nacional indica que los productores deben asociarse y construir su propia infraestructura de almacenamiento, los arroceros señalaron que “no hay gobierno no hay industria que defienda la economía del sector agropecuario”.
Diario del Huila, economía
Por: Gloria Camargo
El presidente Gustavo Petro y la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, han hecho un llamado enérgico a los productores de arroz de todo el país para que se asocien y “den un salto productivo que permita desarrollar este cultivo, considerado clave para convertir a Colombia en una potencia agroalimentaria”.
La ministra Mojica extendió una invitación a los arroceros, asociaciones y cooperativas, instándolos a apostar por un crecimiento significativo y construir sus propias infraestructuras de secado, almacenamiento, transformación y agroindustrialización del grano.
La funcionaria explicó que el Gobierno del presidente Petro ha destinado la impresionante suma de $40.000 millones, que los arroceros pueden utilizar a través del Fondo de Financiamiento para el Sector Agropecuario (Finagro) y el Banco Agrario, con el fin de alcanzar este ambicioso objetivo.
«Esta es la reforma agraria, que también contempla la agroindustrialización, que es parte de nuestro programa de gobierno. Los $40.000 millones están disponibles para este propósito», reiteró Mojica.
Es importante destacar que se está llevando a cabo un proceso de diálogo con todos los eslabones de la cadena del arroz, incluyendo productores, industriales, gremios y organizaciones de productores. El objetivo de este diálogo es construir políticas que beneficien a todos los actores del subsector y que impulsen el avance y fortalecimiento de la soberanía alimentaria del país.
Reuniones previas
En la reciente mesa de trabajo convocada por el Ministerio de Agricultura, se ha logrado reunir a los principales actores del sector arrocero, incluyendo los núcleos arroceros, las Dignidades Agropecuarias, Fedearroz e Induarroz, con el objetivo de encontrar soluciones para los excedentes de la cosecha de arroz en el segundo semestre de 2023.
La viceministra de Asuntos Agropecuarios, Aura María Duarte, expresó la disposición del Ministerio para encontrar soluciones y construir propuestas que continúen elevando la competitividad de los productores.
Se reconoce la importancia de trabajar en conjunto para abordar la coyuntura de los excedentes y garantizar un equilibrio en el mercado del arroz.
Una de las conclusiones alcanzadas en la mesa de trabajo es la necesidad de contar con cifras precisas sobre los inventarios de arroz paddy y las áreas sembradas durante el primer semestre de 2023. Estas cifras serán fundamentales para llegar a acuerdos en términos de un precio de referencia que sea justo tanto para los productores arroceros nacionales como para los consumidores.
Se espera que las cifras mencionadas estén disponibles durante la primera semana de julio. Una vez se cuente con estos datos, la mesa de concertación podrá avanzar en la definición de los acuerdos de precio de referencia, teniendo en cuenta los intereses de los productores y los consumidores colombianos.
¿Cómo está el sector?
El incentivo o subsidio al almacenamiento de arroz, con el que se busca hacer frente a la sobreproducción temporal que se debe almacenar en los molinos de los industriales durante los meses de julio a septiembre, tiene una discusión anual entre el gobierno y los productores se ha extendido por casi tres décadas.
Y para este año, el gobierno inicialmente ofreció un subsidio de tan solo 8.000 millones de pesos, lo cual fue considerado como una burla para los productores. Sin embargo, se espera que la cifra finalmente se negocie y se incremente a alrededor de 20.000 millones de pesos.
No obstante, la radicalización del equipo del ministerio en esta oportunidad ha sido muy alta, lo que indica que será aún más difícil obtener la aprobación de un mayor subsidio el próximo año.
La discusión entre el gobierno y los arroceros en relación al incentivo al almacenamiento de arroz se repite cada año, sin encontrar una solución definitiva a la sobreproducción temporal. A pesar de los esfuerzos por parte de los gremios y los cultivadores, la asignación de recursos por parte del gobierno ha sido insuficiente y la situación se vuelve más difícil con el tiempo.
Huila arrocero
La controversia en torno al subsidio al almacenamiento de arroz en Colombia ha perdurado durante más de tres décadas, generando debate sobre su efectividad como instrumento de política de comercialización.
Una de las principales críticas radica en que este mecanismo se percibe como una forma cómoda de presión, ya que su financiamiento recae en los contribuyentes a través del presupuesto público. Esto plantea interrogantes sobre por qué los productores no deben depender del libre juego de la oferta y la demanda para determinar el precio de venta, considerando que se ofertan más de 3 millones de toneladas de arroz verde provenientes de más de 500.000 hectáreas, concentradas principalmente en el centro del país (Tolima, Huila y Llanos Orientales).
En el departamento, Martín Vargas, líder arrocero del departamento y presidente de Dignidad Arrocera por el departamento del Huila, producir una hectárea de arroz, de donde se pueden sacar entre 90 y 110 bultos que serían 60 cargas o 55 cargas, tiene un costo promedio de 11 millones 500 mil pesos.
Según el Dane, en 2022 el precio del arroz al consumidor aumentó un 54,05%, casi cuatro veces la tasa de inflación del país. Mientras tanto, los agricultores experimentaron un incremento del 65% en el precio que recibieron de los molineros entre diciembre de 2021 y finales de 2022, sin considerar el subsidio gubernamental de aproximadamente 31.000 pesos por tonelada de arroz verde.
A pesar de la importancia del consumo de arroz en la dieta de los sectores más desfavorecidos de la población colombiana y su menor relevancia a medida que se asciende en la escala social (con un promedio de 42 kilos por habitante al año), el argumento de la generación de empleo en las zonas productoras no es sólido.
En el país, hay alrededor de 16.000 cultivadores en una extensión de 500.000 hectáreas. Aunque no existen datos precisos y cuantificables, se estima que, debido a la mecanización del cultivo, se generan aproximadamente 1,3 empleos directos por cada diez hectáreas cultivadas, lo que equivale a un total de 65.000 empleos, apenas el 2% de la ocupación del sector agropecuario que emplea a más de 3 millones de personas. Sin embargo, se reconoce la importancia económica del cultivo del arroz en alrededor de 200 municipios del país.
En los primeros siete años del siglo XXI, la productividad promedio en Colombia fue de 5,02 toneladas por hectárea, experimentando un aumento del 1,4%. Sin embargo, entre 2008 y 2011, la productividad cayó un 5,7% y se recuperó ligeramente entre 2012 y 2020, alcanzando las 4,69 toneladas por hectárea, según la Federación.
Rendimiento
El rendimiento promedio por hectárea en Colombia se mantuvo prácticamente sin cambios en 2021, alcanzando las 5,7 toneladas, la misma cifra registrada en 2016. En las regiones de Tolima y Huila, se obtuvieron rendimientos de 7,3 y 7,2 toneladas por hectárea, respectivamente, lo que indica una falta de variación significativa en los últimos cinco años. En el caso de la región del Llano, el rendimiento aumentó ligeramente de 5,0 a 5,2 toneladas por hectárea, un cambio poco relevante.
La disparidad en la producción entre estas dos zonas se debe a que en el Llano solo se realiza una siembra que se recolecta entre julio y octubre, mientras que en Tolima y Huila, el riego permite realizar dos cosechas durante todo el año.
A pesar de esto, la región oriental del país sigue siendo responsable del 45% de la producción total, mientras que el centro aporta el 32%. Cada año es más evidente esta tendencia en favor de la región de los Llanos, y se prevé que el área cultivada en el Llano pueda duplicarse o incluso triplicarse, mientras que Tolima y Huila están llegando a su límite de expansión.
Según datos de Fedearroz, los costos por hectárea en Colombia ascienden a 9 millones de pesos en el arroz de riego (Tolima y Huila) y 6,4 millones en el arroz de secano del Llano. Esta diferencia sustancial de costos por regiones, a pesar de que el rendimiento productivo en el centro es mayor que en el oriente, se traduce en un mejor desempeño neto para el Llano debido a los gastos considerablemente más bajos, que representan casi la mitad de los costos del centro. Esto explica por qué se está produciendo un desplazamiento del área cultivada hacia Meta y Casanare, y ya se está discutiendo la importancia que podría tener Arauca en el futuro.