Por: Carlos Yepes A.
Todo evoluciona, unas cosas para bien y otras para mal, yo colocaría al festival y reinado nuestro en un punto medio. Si se trata de la convivencia pacífica y el disfrute de las festividades y sus eventos como desfiles y presentaciones artísticas, creo que habría que entrar a revisar temas como el libre acceso a los desfiles – ¿por qué tiene el neivano de a pie que pagar sumas muchas veces fuera de su alcance? y en segundo lugar la seguridad – sin duda alguna el gran lunar de estas festividades – de resaltar sí, la buena nómina de artistas.
Dicen que toda época anterior fue mejor y puede ser cierto, pero prefiero tenerla como referente para mejorar sobre lo ya recorrido. Por Ejemplo, la reina de la colonia opita en Bogotá desapareció del escenario. Recuerdo que mi padre hizo parte del comité para esta elección por varios años en Bogotá donde se hacía un san pedrito y allí acudían muchas celebridades huilenses residentes en la capital y elegían su representante la cual comandaba semanas después el “tren de la alegría” en el que llegaba ella y su comitiva después de un envidiable viaje promocional con música y viandas desde Bogotá hasta Neiva.
Por otro lado, los desfiles que se llevaban a cabo por la carrera quinta integraban más a la ciudad con las fiestas, había más camaradería y ambiente de san pedro en la ciudad, era si una fiesta más parroquial y el comercio de Neiva se sentía más favorecido, no había limitantes para ver el desfile en cuanto sitios, nos ubicábamos donde mejor nos pareciera junto con amigos y familiares. Era una fiesta en la calle con ambiente familiar.
Evocando estos recuerdos nos fuimos de Neiva a la tierra de nuestros ancestros, Iquira y Yaguará, donde residieron por muchos años mis tías abuelas Chepina, Clemita y Dorila Falla Peredes. En Iquira celebran el festival de retorno y fue grato encontrar familias enteras que llegan a su pueblo a disfrutar de las fiestas, fuimos invitados y muy bien atendidos en la casa de la familia Salazar Covaleda, estaba toda la familia, mataron y asaron marrano en la casa y para la familia abrieron la casa paterna, para acogerlos a todos. El parque y las calles eran un solo festival, lleno de música y alegría, no vi una sola pelea ni supe de ningún raponazo, solo vi gente contenta en un magnífico y organizado desfile, eso sí lleno de espuma y harina hasta más no poder, pero felices y en sana convivencia.
En Yaguará por su parte, fuimos también bien atendidos como siempre por Jhon Falla y Clarita Polanía, excelentes anfitriones, disfrutamos de una tarde de tertulia y música en su casa y con la familia Cabrera Falla frente al parque principal. La ya acostumbrada cabalgata nutrida y alegre no dejó de transitar durante toda la tarde y las reinas y la música terminaron de alegrar una magnífica y tranquila estadía.
Muy seguramente estos ambientes alegres y familiares que perduran en nuestros municipios nos invitan a visitarlos y a felicitarlos por seguir manteniendo una bella tradición, la de que las fiestas sean del pueblo y para el pueblo y se compartan en familia. Tal vez Neiva ha perdido ese matíz, pero sin duda alguna ha ganado en otros aspectos, en lo personal seguiré prefiriendo la fiesta de mis pueblos. ¡Que viva el Huila y su folclor!
