Luis Humberto Tovar Trujillo
Hace ya algunos días, cuando comenzamos a conocer las bestialidades del gobierno, entre otras muchas, pero la más importante es el deterioro de las instituciones, comenzando por la Fuerza Pública, la aniquilación en su dignidad y honor, y me sorprendió en su oportunidad unas declaraciones “rabiosas” pero, además, con alto contenido de valor, compromiso, y verdad histórica del General Zapateiro, cuando le dijo al presidente:” Primero fue el ejército y luego la república”.
Lastimas que esos preludios del general, se hubieran quedado, “hasta ahora”, en una simple alegoría.
Nos estamos llenando de eso, nos hemos quedado en simples expresiones, solo bla, bla, bla, y nada de aquello, como en el futbol, mucho toque, toque, y de aquello nada.
Lástima que, con el prestigio de un general de esa magnitud, solo haya contribuido a mas palabrería, y de hechos nada.
Ahora con la convocatoria de los expresidentes Pastrana, por ahora Gaviria, para adornar las próximas elecciones, y con la verticalidad de Vargas Lleras, se sume el general, y otros más, caso de María Frenada Cabal en representación de la mujer líder, hasta completar el cuadro de honor, de quienes interpretan la realidad del deterioro del país, mientras el gobierno mira para otra parte.
A diario, el pan de cada día por parte del gobierno es la realización de golpes de estado, violentando la carta de navegación política y las leyes establecidas, mientras por otro lado, la pasividad, aunque silenciosa en todo lo recorrido del gobierno, es muy elocuente en manifestaciones de rechazo, pero solo hasta ahora, pareciera que se organiza la oposición para enfrentar la defensa de las instituciones democráticas.
Ojalá sea así, y no cantos de sirena mientras Colombia avanza al precipicio.
Si el ejército fue primero porque no actúa como primero al frente de batalla, cuando esta obligado constitucionalmente en salir a la defensa de la democracia; ¿acaso perdió el tiempo el general Zapateiro en formar ese cuadro de generales posteriormente descabezados por el gobierno, y sin ninguna consecuencia seria?
O tendremos que recurrir a la primera catilinaria de Cicerón, “Quousque tándem abutere Catilina patientia nostra”?, hasta cuando Catilina abusaras de nuestra paciencia.
Hasta cuando los colombianos seguiremos teniendo paciencia para soportar su propia destrucción; acaso será que el día que terminen con nuestra paciencia ya será demasiado tarde para la reconstrucción, con los costos en tiempo, económicos, y de valores institucionales para reorientar el desarrollo nuevamente, con paciencia, y al mas corto plazo posible, y hacer de Colombia nuevamente un buen vividero con buenos empleos de calidad, como la mejor contribución al mejoramiento de las condiciones de vida de los ciudadanos.
Amanecerá y veremos.