AMADEO GONZALEZ TRIVIÑO
La concesión o el contrato celebrado entre la Administración de Edgar Bonilla y de la Empresa Empugar, ha sido uno de los daños más recalcitrantes que se le ha podido genera al Municipio de Garzón en las últimas administraciones, aunado al hecho de que el actual gobierno, ha sido incapaz de asumir la responsabilidad en el manejo de dicho servicio público domiciliario y por el contrario ha permitido con la omisión de sus funciones, que la situación vaya de mal en peor para la ciudadanía en General.
Un funcionario digno y de responsabilidad con la comunidad, no puede hacer alarde de dicha contratación con la empresa privada por la forma como hoy se ha constituido en uno de los grandes males que afectan por un lado la economía de los ciudadanos, a la vez que dichas empresas subieron hasta el techo de lo permitido la tasas de cobro y además por cuanto, como es de conocimiento público, el servicio va de mal en peor.
Es triste que pasen varios días sin la recolección de basura, que en las calles de Garzón, tengamos que correr para despejar la vía, por la velocidad que desarrollan en ciertos momentos esos vehículos, haciendo nugatorio incluso el llamado de sus propios obreros o trabajadores, cuando se desplazan en ejercicio de las labores de recolección de basuras, amén de que se rompen las bolsas, no se tiene cuidado al depositarlas en los carros recolectores o en las volquetas que utilizan y así el desastre es generalizado, salpicado a ratos por las aves carroñeras, que como los políticos de turno, hacen fila por los avales partidistas en estos momentos.
Lamentable que además en pleno proceso electoral, no haya un candidato que se ponga de verdad la camisa por devolvernos la tranquilidad y comprometerse en adelantar las acciones para que EMPUGAR pueda retomar el servicio público sin esa búsqueda afanosa de capital, y las tarifas se reduzcan a sus niveles justos, con la salvedad y eso lo quiero dejar de presente, de que quienes propongan esta teoría, se obliguen a vincular a todos los trabajadores o servidores en esta tarea de la recolección de basuras, con la obligación de que se debe generar un sentido de pertenencia, un amor incondicional por la labor que desarrollan y una contraprestación justa y equitativa por su desempeño, como se lo merecen y con la estabilidad que así se demanda y así se debe cumplir.
En cuanto tiene que ver con la desidia de la actual administración en la recuperación del espacio público y la forma como esta cohonestando con el comercio en vías y espacios públicos sin retribución para la administración y con violación de todas y de cada una de las exigencias en la recuperación de los derechos mínimos de los ciudadanos a su territorio, nada podemos decir, porque la respuesta inmediata será la que todos ya sabemos: “voy de salida”, y “de eso que se ocupe el próximo alcalde”.
Y con el servicio público de aseo mediocre que nos prestan, con la iluminación o el alumbrado público y las fallas en las cámaras de vigilancia del municipio, con la burla de los semáforos por los transportadores de motos y de servicio público en especial y la invasión de todos los sectores de vías públicas, ha de sumársele la presencia de los operadores de televisión, internet y demás cables que ya no nos dejan transitar en paz por nuestra ciudad, ha de sumársele el abandono social en el que nos encontramos, consideramos que presentarse a elecciones en la próxima contienda, es un alivio para unos y una tortura para los otros, por cuanto, se hará hasta lo imposible por tapar, tapar y tapar, en tanto que quienes se dediquen a destapar y destapar, recibirán el rechazo y la animadversión de la institucionalidad.
Rescatemos a Garzón de las manos de aquellos que nunca conocieron su pueblo, y vinieron solamente a hacer estragos y dejarnos en el abandono, como estamos.
