Por: Anderson Hernández.
La investigación sobre los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa ha estado plagada de mentiras, ocultamientos, obstáculos y contradicciones por parte del Ejército, denunció este martes el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) al dar a conocer su sexto y último informe sobre el caso.
«El desafío fue monumental», afirmó el médico español Carlos Martín Beristain, quien ofreció las conclusiones de su trabajo junto con la abogada colombiana Ana María Buitrago.
El informe, añadió, muestra los distintos niveles de implicación que tuvieron todas las corporaciones del Estado en la desaparición de los jóvenes, desde las policías municipales y estatales, hasta la federal y el Ejército.
«Ha habido información falsa, modificada y alterada», agregó Buitrago, quien advirtió que una y otra vez diversas autoridades aseguraron que ni el Ejército ni la Policía Estatal habían tenido conocimiento de la persecución contra los estudiantes, lo que fue desmentido por cientos de llamadas, cuyo análisis se incluye en el reporte del GIEI.
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A casi ocho años de la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, el asesinato de tres personas más y la tortura y persecución en contra de estudiantes, las autoridades mexicanas han mostrado avances en las investigaciones sobre la política de encubrimiento del gobierno de Enrique Peña Nieto, bajo la cual se construyó una “verdad histórica”, que fue una investigación plagada de irregularidades, violaciones a los derechos humanos y otros crímenes, con la determinación absoluta de ocultar los hechos en vez de garantizar verdad, justicia y reparación para las víctimas y sus familias.
El estado de Guerrero, y en particular la ciudad de Iguala, es una zona clave en el trasiego de drogas y otras actividades ilícitas. Esto ha hecho que los enfrentamientos y colusión de intereses entre grupos delictivos e instituciones hayan sido frecuentes en las últimas décadas.
La Escuela Rural Normal de Ayotzinapa, por otra parte, tiene una larga tradición de lucha social y suele albergar a estudiantes de pocos recursos de las zonas marginadas del estado de Guerrero y otras regiones del país.