Por: Juan Carlos Ramón Rueda
El País nacional toca fondo con la politización que se evidencia en la Fiscalía General de la Nación, por el grave peligro que esta situación representa para la sociedad. Hoy es noticia porque han tocado “Cacaos” nacionales, pero la verdad es que, en las regiones hace rato vienen actuando bajo lineamientos politiqueros.
Para mí no es fácil referirme a este tema, cuando algunos de mis amigos y especialmente dentro de ellos mi abogado, me piden guardar silencio por el proceso en el que estoy involucrado. Me aconsejan tener prudencia sobre mis preocupaciones por las actuaciones que desde esta entidad, se han pretendido hacer contra mi persona. Fui el único de quince vinculados que no tuvo restricciones a la libertad y de quien se dijo textualmente por el funcionario de la Procuraduría y la propia Juez de Control de Garantías, que no entendían mi vinculación a los hechos que se investigan. Conozco el riesgo de expresarme, por la capacidad que tienen funcionarios de negociar con otros vinculados a cambio de declaraciones, pero confío en la verdad y la justicia y creo que no debo seguir callado, aunque si, mantenerme en el respeto absoluto por las decisiones que se tomen. Mi viacrucis ya cumplió más de dos años y no ha pasado nada. No ha terminado la etapa de acusación, es decir, el juicio no ha empezado porque aún la fiscalía no ha logrado terminar la primera etapa que consiste en determinar con claridad todas las pruebas en nuestra contra. Tampoco hay ahí en esa entidad quien revise mi caso a la luz de la verdad y haga una evaluación sería y jurídicamente sustentable de los “supuestos” hechos que por una interpretación macabra acabó con mi imagen y buen nombre, que entre otras cosas, es el más preciado activo que he tenido en mi vida. Considero que estoy en mi derecho, al menos de protestar.
Nota: Anticipé el año anterior que Gorky Muñoz se come el “Bocato di Cardinale” por encima de toda decencia. Si lo que se dice en corrillos es cierto, el alumbrado público de Neiva quedará en manos de un peligroso grupo con relaciones en la costa atlántica. Se dice que se harán al negocio, a cambio de interceder en la Procuraduría General directamente en Bogotá, para que haya un tratamiento mínimo a las sanciones disciplinarias que deberían ser severas contra el alcalde de Neiva, por sus actos deshonestos. Ahí está el termómetro. Amanecerá y veremos…
