El miércoles pasado, el candidato presidencial de Ecuador, Fernando Villavicencio, sufrió un fatal tiroteo al finalizar un mitin de su campaña en el centro de Quito. Días previos a su muerte, había hecho una alerta por presuntos nexos entre la candidata a diputada en Ecuador, Raisa Vulgarín y Nicolás Petro, involucrado en un caso de lavado de activos y enriquecimiento ilícito.
Según denunció Villavicencio, Raisa Vulgarín, quien pertenece al movimiento liderado por Rafael Correa, comparte una relación cercana con Camilo Burgos, primo de Nicolás Petro, otro de los presuntos implicados en este escándalo.
Villavicencio reveló que la Fiscalía había interceptado conversaciones en las que Nicolás y Day discutían la cantidad de dinero que el político ecuatoriano recibiría. Se ha destacado la gravedad de este caso, especialmente porque Vinicio Alvarado, líder de la campaña electoral de Gustavo Petro, había sido condenado y evadió la justicia. Alvarado también tuvo un papel relevante en las campañas de Lucía González y Andrés Arauz en el país. Un llamado urgente fue emitido por Villavicencio en un video, instando a la Fiscal en Ecuador a solicitar información a su homólogo colombiano para iniciar investigaciones.
Guillermo Lasso, el presidente conservador de Ecuador, expresó su decepción por la muerte de Villavicencio y aseguró que el crimen no quedaría impune. En las redes sociales, manifestó su indignación y condolencias hacia la esposa e hija del fallecido candidato, afirmando que este acto no quedaría sin justicia.
Lasso convocó a una reunión en el Palacio Presidencial de Carondelet, en el centro histórico de Quito, con el Gabinete de Seguridad, que incluye a los órganos ejecutivos y otras funciones gubernamentales. En esta reunión urgente, se espera discutir la conmoción generada por la verdad que ha trascendido en el país.
