Aníbal Charry González
No hay nada más sensible para una sociedad que el incremento del precio de la gasolina porque ello repercute en el aumento del costo de la vida y de la inflación, que hace posible toda clase de protestas especialmente del sector transportador, como la que hicieron los taxistas reclamándole al Gobierno del presidente Petro que no se siga aumentando porque están trabajando prácticamente a pérdida, pidiéndole además que cumpla con la promesa que hizo en la campaña de establecer unas tarifas diferenciales para los combustibles para frenar el incremento que los está afectando, y que atribuyen a su Gobierno estimulados por la oposición de jauría que le cuestiona de mala fe, que todo lo que afecte a la población es consecuencia del equivocado accionar del Ejecutivo.
Por eso para ilustrar a la opinión pública es pertinente explicar realmente por qué se ha tenido que incrementar el precio de la gasolina: que es simple y llanamente para saldar el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (Fepc), que según el exministro de Hacienda José Antonio Ocampo fue una pésima herencia de Duque que el Gobierno de Petro tiene que pagar por respeto a la Regla Fiscal y por la sanidad de las finanzas de Ecopetrol, pues de no hacerse podría quedar ilíquida, afirmación que fue respaldada por el también destacado exministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo, agregando que el verdadero problema de este Gobierno es cómo va a hacer para garantizar la salud de las finanzas de Ecopetrol.
De ahí que debe explicarse de donde y para qué surgió el (Fepc), creado por la Ley 1151 de 2007 en el gobierno de Uribe con el fin de equilibrar la diferencia entre los precios internacionales y nacionales de los combustibles, que permite aislar el precio de la gasolina en el surtidor de lo que esta sucediendo en los mercados internacionales con el precio de la gasolina, de tal manera que cuando la diferencia es muy grande la absorbe el fondo y no se le traslada al consumidor, y que desde luego no es gratis, pues ese fondo va acumulando un déficit que pesa mucho en las cuentas fiscales del país.
De tal manera, igualmente hay que precisar que el asunto no es problema de Petro como pérfidamente se lo atribuye la oposición aupando la protesta, sino heredado del gobierno anterior que por falta de pago hizo posible que el déficit fuera de 10 billones por trimestre, o sea 40 billones anuales, casi la mitad del déficit del presupuesto nacional, que se produce al no subir el precio de la gasolina como lo señaló el Presidente, que no se lo inventó, sino que lo heredó como se ha dicho sin que pretenda ver las cosas malsanamente por el espejo retrovisor. En suma, las protestas por el alza de la gasolina deben tener sus verdaderos destinatarios, porque ya sabemos quienes fueron los que no pagaron el subsidio poniendo en riesgo a Ecopetrol, que como ya sabemos también, cosa rara, se lo engulló la corrupción.