Según la víctima, el agresor, identificado como Oumar N., a quien no conocía pero que había visto anteriormente, irrumpió el pasado 4 de agosto en su casa en la ciudad de Cherburgo, en Normandía, la golpeó repetidamente en la cara y en el cuerpo antes de violarla varias veces, en particular con un palo de escoba de 75 centímetros de largo.
El personal médico del hospital que atendió a la víctima, de 29 años, requirió ayuda psicológica ante su terrible estado.
«La víctima vivió un calvario y fue masacrada», dijo al medio una fuente familiarizada con el caso. La brutal agresión le causó perforación de colón, intestino delgado, peritoneo y diafragma, neumotórax, fracturas de las costillas y alto riesgo de ‘shock’ séptico, entre otras lesiones. Debido a la gravedad de las heridas, la mujer fue operada durante varias horas y posteriormente inducida a coma artificial.
El sospechoso fue reconocido y arrestado el jueves gracias a una huella dactilar que dejó en una puerta durante el ataque. Esta prueba fue corroborada por la geolocalización de su celular en el momento de los hechos. Se señala que el hombre, de 18 años, que ya contaba con antecedentes penales, confesó su autoría después de haber negado los hechos.
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«Nos encontramos ante un perfil peligroso, no mostró absolutamente ninguna emoción ni empatía por la víctima», dijo una fuente citada por el medio. «Mostró frialdad durante su custodia», agregó. El agresor fue acusado el viernes de «violación acompañada de tortura o actos de barbarie» y fue puesto en prisión preventiva, mientras la Fiscalía de Cherburgo ha puesto en marcha la investigación.
El caso ha suscitado reacciones políticas a nivel local y nacional. «Sueño con una Francia donde una joven no se arriesgue a terminar en coma después de ser asaltada, violada y horriblemente torturada por el reincidente Oumar, en su propia casa», escribió en la red X (antes Twitter) el presidente del partido de derecha Reconquista, Eric Zemmour.
