Existen diversas hipótesis del hecho de violencia ocurrido en medio de la marcha de las mayorías, cuando un equipo periodístico del Diario del Huila fue agredido violentamente por algunos integrantes que se encontraban al interior de ésta, despojándolos de sus equipos utilizados en sus labores de información. Es inaudito que se sigan presentando estos actos violentos contra los comunicadores sociales que solo cumplían su labor misional de informar a la sociedad el diario acontecer. Es un atentado contra la prensa. No hay derecho que se presenten estos hechos que atentan contra la libertad de prensa. Es inaudito que atenten contra estas expresiones de información que realizan unos inermes comunicadores sociales que solo cumplen la labor de informarle a la ciudadanía las noticias que ocurren diariamente en los escenarios locales, regionales e internacionales.
Los periodistas tienen ese compromiso social de difundir libremente el diario acontecer en nuestro territorio. Es necesario que no vuelvan a ocurrir estos actos violentos. Provengan de cualquier ideología, creencia o movimiento político, es totalmente rechazable esta actitud hostil contra la prensa libre. No puede volver a suceder. Existen varias hipótesis sobre los autores de este acto delincuencial. Algunos integrantes de la marcha lo realizaron; desconocemos sus intereses. La segunda conjetura, es que algunos infiltrados de sectores de la izquierda pueden haber provocado este incidente con el ánimo de desdibujar el objetivo centran de la movilización pacífica que se realizó. Y, por último, algunos delincuentes que pululan en la ciudad aprovecharon la protesta para generar este acto salvaje y hurtar los equipos periodísticos. De todas maneras, la sociedad huilense rechaza estas expresiones de amenazas y hechos criminales desde todo punto de vista.
Estos hechos ocurren también en otras esferas del planeta. Inclusive con hechos criminales como asesinatos y otras formas de violencia. Si bien a nivel mundial se ha registrado un leve descenso de la cifra de homicidios de periodistas, diferentes organizaciones advierten que otras amenazas como el acoso digital, las agresiones físicas, el secuestro y la tortura, entre otras, van en aumento. No es èste, reiteramos, un asunto menor: de ninguna manera se pueden volver habituales o aceptadas como inevitables estas conductas intimidatorias.
Está clara la urgencia de actuar para acabar con la impunidad en las muertes de periodistas, pero también hay que generar conciencia sobre las otras formas de intimidar periodistas. Para ello, nada más eficaz que garantizar la solidez del Estado de derecho para así poder contar con una institucionalidad fuerte, capaz de ser garante efectivo de los derechos fundamentales a la libertad de información y expresión. El periodismo es una profesión que no genera riqueza. Las personas que ejercen esta loable labor brindan grandes satisfacciones a la sociedad, por la altruista labor informativa que desarrollan, pero lo hacen muchas veces en ambientes adversos, que no les garantizan cumplir objetivamente con su labor.
