La mala herencia que nos ha dejado el maldito y criminal negocio del narcotráfico se ha constituido en una oportunidad de enriquecimiento “ilícito” que no le ha servido en nada a Colombia. Convirtió a la política en un despreciable negocio. El dinero fácil elevo la criminalidad y la aterradora corrupción que ahoga a nuestra sociedad y permeo las más altas esferas de la política nacional, regional y local. Quiere decir que estamos frente a un cáncer que ha hecho metástasis por toda la epidermis de la nacionalidad y que se ha constituido en la verdadera amenaza contra la institucionalidad.
El Doctor Jorge Fernando Perdomo distinguido jefe del partido conservador del Huila en su columna habitual hace una evidente y dolorosa radiografía de lo que es hoy el pais político; mas no, el grueso de la ciudadanía.
En su columna de opinión nos relata cómo, nuestra patria se ha venido convirtiendo en una sociedad fallida. Políticos del mas alto nivel, casos presidentes de Colombia, Samper, Santos, Duque y dirigentes regionales, senadores, representantes, casos de exgobernadores que han fomentado el amiguismo y la corrupción, algunos alcaldes con la complicidad de concejales venales, con contadísimas excepciones, dirigentes empresariales, contratistas estatales y departamentales que ofrecen homenajes candidatos a la gobernación con el propósito de “amarrar” la contratación pública y funcionarios públicos de todo rango, supervisores, en especial los de la secretaria de vías e infraestructura del departamento que han servido de comodines para tapar todas las porquerías que en materia de obras públicas impulsó el exgobernador Carlos Julio González, su hermana Cielo y los cercanos amigotes del aspirante, por segunda vez a la gobernación, Rodrigo Villalba, han llevado a que nuestro departamento figure en los informes de la Contraloría General de la Republico como uno de los 10 departamentos mas corruptos del pais y, ha aseverar, en esas mismas publicaciones que, por actos de corrupción, anualmente la perdida de recursos supera los $35.000 millones de pesos para una total de $ 525.000 millones de pesos de regalías perdidas en los últimos 15 años, pasando a engrosar los bolsillos de esos malos hijos del Huila. Otro cándido candidato, en quien creímos cuando acepto ser fórmula presidencial con Fico Gutiérrez y que decepciono a más de uno, aparece a último momento, asociado a un partido afín al gobierno de Gustavo Petro, el partido Verde del extinto M-19, por un lado, y a feroces actores de hechos de corrupción ampliamente conocidos.
Ese cáncer debe ser extirpado de raíz. El Huila debe regresar por sus épocas doradas de cuando ser huilense era sinónimo de honradez y pulcritud, y de ese reconocimiento y riqueza humana nos sentíamos orgullosos. El momento lo tenemos a la mano, es ahora el 29 de octubre. Luchemos por restablecer y entender que este es el momento del Huila y votemos por Edwin Valencia Rodríguez para gobernador del Huila.
