Alvaro Hernando Cardona González
El 26 de marzo del año 2016, en este espacio publicamos varios datos interesantes alrededor de las fuentes de generación de energía en Colombia. Señalábamos que de acuerdo con datos de la UPME, Colombia tenía “el 70 por ciento por hidroelectricidad y el 30 por ciento por otras fuentes; básicamente, 25 por ciento de su capacidad es de térmicas con gas y 5 por ciento, con carbón”.
Igualmente informábamos que la capacidad instalada en el país, para ese año, era de 16 GW, mientras se estimaba que la demanda total iría a crecer en un 3,5 por ciento en la siguiente década (en la que actualmente estamos).
En un artículo titulado “El agua es líder mundial de las renovables” publicado el 2 de agosto de 2023, por Ecoticias, encontramos más aspectos interesantes sobre el uso del agua como fuente energética. Allí se resalta que la generación hidráulica en el planeta, es vista como una eficiente fuente renovable. El artículo citado afirma: “En el contexto de la transición energética global, varias encuestas realizadas a nivel global han permitido verificar que la energía hidroeléctrica es en la actualidad la tercera fuente de producción de electricidad del mundo y la primera de las energías renovables”. Y es que efectivamente el agua es líder mundial de fuentes renovables. No obstante, aún el carbón sigue a la cabeza en cuanto a fuente eléctrica con casi el 40% de la carga generadora en el planeta, luego el gas natural con poco más del 20%, la hidroelectricidad se sitúa en el tercer lugar y está por encima de otras fuentes como la solar y la eólica en energías renovables como ya lo mencionamos.
De hecho, los países que más hacen generación hidráulica son: China, Canadá, Brasil y Estados Unidos y Colombia, entre otros. Es un sistema de generación que, aunque causa impactos significativos al ambiente natural, especialmente al recurso fauna (los recursos ictiológicos) lo que más altera su naturalidad son las actividades que se desarrollan en los embalses. Ahora, de todas maneras, todos los sistemas causan impactos en mayor o menor proporción y a diversos recursos naturales, por lo que estos sistemas deben ser ponderados e incluso los esfuerzos mundiales se focalizan en disminuirlos y corregirlos más eficazmente.
De acuerdo con lo descrito, sin duda todos los países deben hacer un mayor esfuerzo por sustituir las fuentes no renovables (especialmente el carbón) con fuentes solares y eólicas. Y más esfuerzos técnicos, científicos y ambientales para minimizar o corregir los impactos de las hidroeléctricas. Y esto, porque con el aumento poblacional que se ralentiza pero no se detiene, las necesidades de superar la pobreza y mejorar la calidad de vida de la gente, más uso de aparatos eléctricos (automóviles y transporte) y otros retos, necesitamos más energía. De modo que no hay otro camino: más energía, más renovabilidad y más eficiencia.