AMADEO GONZALEZ TRIVIÑO
Hemos de resaltar en esta oportunidad, la forma como un ciudadano dedicado a recoger las huellas de un pasado cultural y por qué no, comercial del Municipio de Garzón, ha logrado dedicarle su patrimonio económico a la recuperación de unas instalaciones que estaban condenadas al olvido y a la ruina, como en su momento se ha reconocido en toda la región, del que fuera reconocido como TEATRO ALCAZAR, en Garzón Huila.
Muchos recuerdos y evocación de nuestra adolescencia se nos vienen a la cabeza con este recinto, donde se realizaron muchos espectáculos culturales y sociales de gran trascendencia, entre los que recuerdo las graduaciones de estudiantes y la presentación de conciertos, como el de Pablus Gallinazo en su momento y de grandes proyecciones cinematográficas, todo cuando la administración estuvo bajo el liderazgo de un hombre noble y un ciudadano ejemplar como lo fue y lo sigue en nuestra memoria el señor Samuel Polanía Suárez.
Hoy es interesante reencontrarnos con su fachada, el Teatro ALCAZAR, ha vuelto a encontrar las paredes frontales de su edificación en el granito original que lo embellecía y que algunos desalmados le dieron una mano de pintura en forma que cercenó su elegancia, la cual de nuevo brilla en el horizonte. Poco a poco, esta edificación, resurge, renace y se proyecta como un punto cultural, a decir de su gestor Fernando Ramírez Cuéllar, quién convencido de su importancia, a logrado “tapar por ahora las goteras de una cubierta que con una gran inversión, deberá hacer muy pronto, para cambiarla totalmente”, mientras alguna parte de la silletería de la nave central cobra vida y se transforma de las ruinas a la atracción de sus visitantes.
Es interesante recordar que en una audiencia especial que se hizo en esta población, quien ejercía la presidencia de los colombianos, cuando se le puso de presente la necesidad de rescatar el Teatro Alcázar, como patrimonio cultural de Garzón, en un acto de barbarie administrativa, se limitó con su senador amigo de entonces, a ofrecer adecuar el auditorio de una Institución Educativa, para que funcionara el TEATRO para la comunidad garzoneña, olvidando que ese auditorio y esas inversiones, solo han sido conocidas y usufructuadas, si se hicieron, por los estudiantes de esa institución, ya que nunca ha estado funcionando realmente como lo propuso ese pasajero personaje de la historia colombiana.
Nuestro lema de hoy, con el renacer de las instalaciones del TEATRO ALCAZAR, es interesante para llamar la atención en una sociedad en la que la CULTURA, con letras mayúsculas, no entra entre la comunidad muy fácilmente por la ausencia de una educación convencional direccionada al espíritu y fortalecida por las redes sociales, la chismografía, el sensacionalismo y sobre todo, por lo efímero y pasajero de las modas y de los reinados que se patrocinan desde el ente gubernamental, y los mismos establecimientos educativos.
Es tal el desconocimiento del contenido de la cultura, que entre las propuestas de los candidatos a la administración municipal de Garzón, solo ha silencio y se tergiversa la llamada cultura ciudadana, como la cultura que es el epicentro espiritual, social y mágico de la creación del ser humano en su proyección para su realización, sin desconocer una propuesta que sin contenido se plantea de crear una Corporación, debe ser, con ánimo de lucro, para que organice las formas de corrupción que todos conocemos en el manejo de la cultura en nuestro medio.
Aliento y mucha fortaleza para Fernando Ramírez Cuéllar en este proyecto, el cual valoramos con mucho entusiasmo y esperamos contribuir con su crecimiento y apoyo, que demando en estos momentos de todo el centro del Departamento del Huila, de sus habitantes y de los sectores educativos, por el regreso a lo nuestro.