Santana Ramos, una zona próspera donde la ganadería, los cultivos de café, caña y productos de subsistencia florecen, y que actúa como frontera entre Huila y Caquetá, sigue siendo un punto de interés para grupos al margen de la ley. Además de la deplorable condición de las vías que obstaculiza el flujo económico, se suma la persistencia del conflicto armado en la región.
Diario del Huila, Primer Plano
Por: Armando Parra Londoño.
En tan solo cinco años, la paz y la tranquilidad que habían experimentado los residentes de Santana Ramos en Puerto Rico, Caquetá, una tierra bendecida por su clima propicio para la ganadería y la agricultura, y que comparte límites con Huila a través del municipio de Algeciras, desaparecieron como por arte de magia, después de soportar décadas de los estragos de la guerra entre las FARC y el Estado Colombiano.
La paz, según sus habitantes, se ha convertido en algo más cercano a una ilusión, ya que nuevamente se encuentran inmersos en confrontaciones entre grupos al margen de la ley y tropas del Ejército Nacional. «En Santana Ramos, experimentamos cinco años de completa tranquilidad, pero de repente, surgieron las disidencias de las FARC, conocidas como ‘La Nueva Marquetalia’, quienes comenzaron a convocar a los miembros de la Junta de Acción Comunal para carnetizarlos. Luego, surgieron los seguidores de ‘Iván Mordisco’, lo que desencadenó enfrentamientos», relatan los residentes.
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De esto da fe organismos como la Defensoría del Pueblo, al emitir una advertencia sobre el riesgo de vulneraciones a los derechos de la población civil por la disputa entre grupos armados ilegales que viene ocurriendo en el corregimiento Santana Ramos. “Nuestros equipos en terreno advierten que en Santana Ramos ha habido, de manera infortunada, homicidios selectivos, amenazas, enfrentamientos armados en medio de la población civil, restricciones y prohibiciones a la movilidad, hechos que han afectado la seguridad alimentaria y las posibilidades de atención. Esta situación ha configurado un escenario de confinamiento desde el pasado 11 de agosto”, aseguró el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis.
Ante esta situación, el Defensor del Pueblo hizo un llamado para que las entidades del Estado atiendan de manera urgente y articulada la grave situación de afectación a los derechos humanos, pues desde mayo pasado no ha habido presencia de los diferentes entes de los niveles nacional, departamental y municipal; tampoco se cuenta con presencia de fuerza pública que pueda garantizar el acceso a la zona.
“Las autoridades competentes deben atender las recomendaciones emitidas a través de nuestras Alertas Tempranas 007 del 2020 para los municipios de Puerto Rico y El Doncello, y 018 del 2023 para el municipio de San Vicente del Caguán. Además, los posteriores oficios de consumación en los que fueron advertidos los riesgos para la población de Santana Ramos y las consecuencias de las confrontaciones entre los dos grupos armados ilegales”, llamó Carlos Camargo Assis.
El Diario del Huila obtuvo información que revela que los residentes de esta área han sido objeto de un proceso de identificación (carnetización) y han sido convocados por las disidencias con el propósito de «restablecer el orden» en la región. Según lo discutido en estas reuniones, se ha enfatizado la necesidad de trabajar en beneficio de la comunidad, prometiendo una política de «tolerancia cero» contra los delincuentes y los consumidores de estupefacientes, así como la responsabilidad de llevar a cabo el mantenimiento de la carretera que conecta Algeciras con Santana Ramos.
“Cada vereda como le toca un pedazo de la carretera central hacía Algeciras, tiene que rozar cerca de 5 o 6 metros y mantenerla bien, buscar recursos y a trabajar por la carretera”, indicaron los moradores.
Paralelo a esta situación de zozobra, se suma el histórico problema de la vía principal, artería fundamental para el transporte de alimentos. En Santana Ramos todos coinciden en que su gran problema es la vía. Se trata de 91 kilómetros de vía destapada que cuando llueve se convierte en una trocha intransitable. De estos, 30 son responsabilidad del departamento del Huila, 20 más de Invías y el restante el municipio de Puerto Rico; sin embargo, ninguna de las anteriores ha invertido en el tramo, por lo que le toca a la comunidad asumir el mantenimiento.
Se repite la historia
Existe una preocupación significativa entre los residentes, ya que afirman que la historia se está repitiendo, y que, ante esta situación, quienes resultan más afectados son los campesinos, quienes, por temor a la violencia armada, se ven obligados a someterse a circunstancias que están fuera de su control.
La situación en Santana Ramos, es un fiel reflejo de los desafíos que enfrentan las comunidades rurales en muchas partes de Colombia. La presencia insuficiente del Estado ha dejado a los habitantes de esta región vulnerables a la inseguridad y los enfrentamientos entre grupos al margen de la ley, que amenazan constantemente su tranquilidad y estabilidad.
La llegada reciente del Ejército Nacional a la zona es un paso en la dirección correcta para brindar seguridad y protección a los residentes, pero también pone de manifiesto la urgente necesidad de una presencia gubernamental más constante y efectiva en estas áreas remotas. Los enfrentamientos en curso mantienen a la comunidad en un estado de alerta constante, y es imperativo que se tomen medidas adicionales para garantizar su seguridad y bienestar a largo plazo.
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Por otro lado, la difícil situación de los campesinos, quienes luchan por vender sus productos debido al pésimo estado de la vía, es un ejemplo de cómo la falta de infraestructura adecuada puede afectar gravemente la economía local. Los altos costos de transporte y fletes hacen que sea difícil acceder a los mercados y obtener un precio justo por sus productos. Esta realidad pone de relieve la necesidad de invertir en la mejora de las carreteras y la infraestructura de transporte en estas regiones rurales, lo que no solo beneficiaría a los agricultores locales, sino que también impulsaría el desarrollo económico de la zona en su conjunto.