Un total de 98 cacaocultores en el municipio de Algeciras, le apostaron a la producción de cacao orgánico de alta calidad. Su esfuerzo les ha permitido conquistar mercados tan exigentes como el suizo, donde sus chocolatinas orgánicas son toda una sensación.
Diario del Huila, economía
En Algeciras, la despensa agrícola del Huila, un grupo de 98 valientes cacaocultores ha emprendido un viaje extraordinario desde la agricultura convencional hacia la producción de cacao orgánico de alta calidad. Su esfuerzo y dedicación los han llevado a conquistar mercados tan exigentes como el suizo, donde sus deliciosas chocolatinas orgánicas han encontrado un lugar especial en el paladar de los amantes del chocolate de todo el mundo.
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Este emocionante viaje comenzó en 2018, cuando la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena (CAM), la Gobernación del Huila y la Cámara de Comercio del Huila se unieron para desarrollar un proyecto innovador que fortaleciera el sector cacaotero de la región. La visión era clara: transformar la forma en que se cultivaba el cacao, promoviendo prácticas sostenibles y la obtención de sellos de calidad que les permitieran acceder a mercados internacionales más lucrativos, como los de Estados Unidos y Europa.
La Transición
El proceso de transición de la agricultura convencional a la orgánica no fue un camino sencillo para estos intrépidos cacaocultores. Pablo Ríos Vera, uno de los líderes del proyecto y un agricultor de cacao experimentado, recuerda los desafíos que enfrentaron en esos primeros días. Tomar una mazorca de cacao convencional y convertirla en una chocolatina orgánica de alta calidad llevó tres años de trabajo constante y compromiso. Pero, además de dominar las técnicas de cultivo orgánico, también tuvieron que convencer a sus compañeros agricultores, la mayoría de los cuales habían utilizado fertilizantes y pesticidas químicos durante décadas.
«Uno no se vuelve orgánico de la noche a la mañana», explica Ríos. «Hay un período de transición de tres años en el que no hay un sobreprecio por el producto, lo que lo hace aún más difícil para todos».
Sin embargo, el esfuerzo valió la pena. Hoy, gracias a su perseverancia y compromiso, estas 98 familias de 12 veredas de Algeciras pueden decir con orgullo que sus chocolates orgánicos llegan a Suiza, uno de los mercados más exigentes y sofisticados del mundo. Esta hazaña no solo representa un logro económico significativo para la comunidad, sino también un testimonio de su compromiso con la conservación del medio ambiente y la sostenibilidad.
La Importancia
El cultivo de cacao orgánico no es solo una tendencia de mercado; también es una forma de preservar y proteger los ecosistemas locales. El proyecto en Algeciras se basó en la implementación de sistemas orgánicos que reducen el uso de productos químicos dañinos y fomentan un equilibrio en los ecosistemas circundantes.
Michael Falla, un profesional de apoyo para el seguimiento a inversiones en sectores productivos de la CAM, explica que el proyecto implicó el suministro de insumos biológicos para el control de plagas y nutrientes esenciales para las plantas. Además, la Gobernación del Huila brindó apoyo técnico y acompañamiento a los agricultores durante todo el proceso de implementación. La Cámara de Comercio del Huila también desempeñó un papel crucial en la gestión de certificados y en el inicio del proceso de obtención del sello orgánico.
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Los beneficios de la agricultura orgánica son múltiples y trascienden la mera obtención de un sello de calidad. Además de mejorar la calidad del cacao, esta transición ha reducido significativamente los costos asociados con los agroinsumos químicos. Además, ha ayudado a preservar el medio ambiente al eliminar la contaminación causada por los agroquímicos.
Falla destaca: «Como resultado, ha habido una mejora económica porque se reducen los costos de agroinsumos, beneficios ambientales porque no se está contaminando con agroquímicos y beneficios sociales porque permite que los trabajadores y sus familias no estén expuestos a este tipo de productos».
El Impacto
El proyecto originalmente tenía como objetivo a productores de cacao en varias regiones, incluyendo Tello, Campoalegre y Rivera. Sin embargo, fueron los cacaocultores de Algeciras los que se destacaron al cumplir con los rigurosos requisitos del sello de producción orgánica. A pesar de que solo 26 de ellos cumplieron con estos estándares iniciales, el entusiasmo y el éxito del proyecto inspiraron a otros agricultores a unirse a la iniciativa.
Un ejemplo destacado es Alexander González Moyano, propietario del Rancho Abellón en la vereda Santa Lucía de Algeciras. En su finca, ha implementado prácticas orgánicas durante los últimos 14 meses, cultivando 4,000 palos de cacao y 4,000 matas de banano con insecticidas y herbicidas orgánicos. Estas prácticas no solo han mejorado el ambiente, sino que también han reducido sus costos de producción.
«Decidimos trabajar orgánicamente y conservar la naturaleza con microorganismos e insecticidas de extracto como ajos, ají y tabaco, con los que hemos logrado controlar las plagas», explica González. Además de los beneficios ambientales, también espera obtener sellos de calidad para su cacao y, en última instancia, procesarlo para agregarle valor.
El Futuro
El éxito de este proyecto demuestra que la agricultura orgánica no es solo una opción viable, sino también una oportunidad para el crecimiento económico y la conservación del medio ambiente. La CAM se compromete a continuar apoyando a los productores para que desarrollen prácticas agrícolas sostenibles y amigables con el medio ambiente.
Michael Falla, de la CAM, enfatiza: «Invitamos a los productores de cacao a conocer y adoptar este tipo de iniciativas, a incorporar estas tecnologías en sus unidades productivas para obtener beneficios económicos, sociales y ambientales, y para promover un verdadero desarrollo sostenible».
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El viaje de los cacaocultores de Algeciras es un testimonio inspirador de lo que se puede lograr cuando la comunidad, las instituciones y la naturaleza trabajan juntas en armonía. Desde el cultivo de la tierra hasta la producción de exquisitas chocolatinas orgánicas, estos agricultores han demostrado que el camino hacia la sostenibilidad y el éxito económico es posible, y que el cacao colombiano orgánico tiene un lugar especial en el corazón y el paladar de los amantes del chocolate de todo el mundo.
