Diario del Huila

El “estadio” de Lara

Sep 21, 2023

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Alfonso Vélez Jaramillo

La inhabilidad del exalcalde de Neiva Rodrigo Armando Lara Sánchez para ser candidato a la Gobernación del Huila, investigada por el Consejo Nacional Electoral CNE, no es un asunto de poca monta, sin embargo, tampoco es el único punto transcendental y de interés público que preocupa a los huilenses.

Siete años más tarde de la tragedia del estadio Guillermo Plazas, sobresalta conocer hoy que por decisión del entonces mandatario Lara Sánchez y su equipo jurídico, quienes declararon la caducidad del contrato, el municipio de Neiva tenga hoy en peligro sus finanzas y por consiguiente su desarrollo económico y social, y como Lara no está en el cargo, que paguen los neivanos. 

Esto es real: Lara declaró la caducidad del Contrato de adecuación y remodelación arquitectónica del Estadio, razón por la cual el Municipio de Neiva enfrenta en estos momentos 13 demandas que cursan en los despachos judiciales con un monto que podría llegar fácilmente a 50 mil millones de pesos.

Una salvedad: este no es asunto de cuestión política ni mucho menos personal, el contenido es de carácter público que deben saber y valorar quiénes tengan interés en las cuestiones administrativas del departamento del Huila, las críticas y la contradicción son importantes. 

Las réplicas con ofensas y sin fundamentos jurídicos al calor de la campaña política no corresponden a la realidad ni desmienten los puntos esenciales del tema tratado.    

Y para que midan la magnitud, solo 2, solamente 2 de las 13 demandas, (las del estadio) contienen una pretensión económica de casi 32 mil millones de pesos, que dejarían en bancarrota las finanzas municipales.

Quien lo creyera, son 13 procesos en total, de los cuales 3 tienen pretensiones contractuales, 2 acciones populares, 6 por reposición directa y 2 son de competencia de la jurisdicción laboral.

Si el municipio pierde las demandas, los neivanos tendríamos que pagar esta alarmante cifra por perjuicios de orden material, lucro cesante, gastos de personal y otros de orden moral, más los intereses causados durante el tiempo que cursen los procesos ante el Tribual Administrativo del Huila instaurados por el Consorcio Estadio 2014.

Ese Consorcio, alega falta de competencia, con violación de los derechos de audiencias y defensa, falsa motivación y de expedición del Acto Administrativo declarando la caducidad del contrato y la violación de sus derechos.

Tengo una comunicación enviada al alcalde Lara en su momento y a su equipo jurídico en la que el Consorcio Estadio a través de su representante legal Miguel Alejandro Osorio Castañeda, propone alternativas con cinco opciones para terminar las obras contratadas en su totalidad sin costo adicional para el municipio, cuyo fin era terminar las obras, cumplir y evitar la caducidad del contrato, sin embargo, ni siquiera fue considerada.

Si Lara en su lugar hubiera declarado la terminación unilateral del contrato, no tendríamos problemas y había podido terminar la obra y mostrarla, pero se negó abiertamente por ser un proyecto de su antecesor a quien persiguió sin cesar, y veamos hoy las consecuencias. 

En agosto de 2016 en desarrollo del adicional 003 contratado por el gobierno de Rodrigo Armando Lara, el andamio apoyado en la plancha de la cabina de radio, que soportaba una carga de por lo menos siete toneladas cedió y derribó varias losas que ocasionaron el desastre que les costó la vida a 4 trabajadores y 10 más resultaron heridos. 

Muchas veces la ingeniería huilense se pronunció, inclusive en esta columna le pedimos al alcalde Lara que no declarar la caducidad, que en términos jurídicos esta medida se constituye en una sanción al contratista que no puede terminar ni entregar su trabajo.

Sin embargo, Lara desatendió las recomendaciones y evitó la terminación de las obras del estadio Guillermo Plazas, que hoy lo tienen políticamente entre la espada y la pared y al municipio en líos jurídicos.

Ahora, El colapso de la tribuna y las medidas del alcalde Lara que prohibió el uso de las demás graderías sin estar afectadas, trajo el colapso deportivo, financiero y social del Club Deportivo Atlético Huila, equipo que se convirtió en un judío errante durante 3 años buscando estadios para jugar los partidos que le correspondía de local.

En lo deportivo lo impactó negativamente, y fue una de las causas para que el equipo cayera a la categoría B, cuyas pérdidas económicas son multimillonarias, con un promedio anual del déficit que osciló en 2000 mil millones de pesos año.

La dirigencia deportiva, en su momento, acuso a Lara Sánchez de darle al espada al equipo y en aquella época señalaban “El Dr. Lara Sánchez es un enemigo del Club Deportivo Atlético Huila, por cuya razón y con la terquedad que lo caracterizaba y su autoritarismo, cerró la tribuna oriental”, los autores pidieron anonimato. 

Muchas veces le solicitaron el uso del estadio y lo negó por razones técnicas. En la actualidad se demuestra que está abierto y en uso, pero queda en el ambiente la forma obtusa y cerrada de Lara de visionar el deporte, cuya ceguera y apatía, tiene en peligro las finanzas y el presupuesto municipal de Neiva, si es mentira demuéstrenlo.

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